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El colegio Las Lomas Oral, de Martínez, promueve el desarrollo de chicos con problemas auditivos y su integración social

"Aaaa, eeee, iiii.". Con entusiasmo y una inmensa sonrisa, la profesora María José "Pepa" Funes modula cada una de las vocales. Sentados frente a ella ante una pequeña mesa, Ramón, con un implante coclear, y Bautista, con audífono, ambos de dos años, imitan sus sonidos. Cuando aciertan, se les entregan, como trofeo, unas figuras geométricas de colores que embocan en el ábaco con la emoción de un gol de media cancha. Estallan los aplausos.

"Nuestro principal objetivo es que los chicos aprendan a escuchar y a hablar. Buscamos que se integren lo antes posible a un colegio común y que tengan las mismas posibilidades que un niño oyente", explica Funes. Con 35 años, hace quince que es profesora del colegio Las Lomas Oral, en Martínez, adonde asisten niños con pérdidas auditivas severas y profundas (algunos, además, con discapacidades asociadas). "Cada chico hace un camino distinto, pero el objetivo es que se puedan desenvolver dignamente en la sociedad: para eso, necesitamos hablar el mismo idioma", agrega.

Pepa mamó su vocación desde que era una nena: el colegio donde hoy trabaja nació, 32 años atrás, en su propia casa, en el cuarto que compartía con una de sus hermanas. Su mamá, María Inés Funes, que también era profesora de sordos, daba clases particulares allí. "Una de sus alumnas era Solange Rouges, hija de Roger Rouges, que es el otro fundador. Él le insistía a mi mamá que tenían que poner un colegio, hasta que la convenció", recuerda.

Así fue como, en 1982, Las Lomas Oral comenzaba su historia, con tres alumnos de jardín de infantes. Ambos fundadores, María Inés y Roger, se guiaron desde el comienzo por un principio que se mantiene como legado indiscutido hasta el presente: el colegio tenía que ser accesible para todos los chicos, cualquiera fuera su condición socioeconómica. Igualdad de oportunidades: ésa era la misión.

"Cada vez había más nenes, y cuando ya no entraron en mi cuarto se alquiló la casa de mi abuela", cuenta Pepa. "Pero se siguió creciendo, se convocó a varias maestras y se consiguió la donación de este edificio."

Desde 1994, Las Lomas Oral funciona en Martínez, a metros del hipódromo, en un predio que servía de stud para caballos y que fue donado por dos familias comprometidas con la causa. En la actualidad, asisten 83 chicos desde bebes a tres años (para estimulación temprana), de jardín de infantes y primaria. El 70% está becado: para ello, el gran esfuerzo consiste en conseguir aportes de donantes que sostengan las becas y que permitan que cada vez puedan incorporarse más niños. "Tenemos un proyecto de doble escolaridad, pero para eso hay que construir y hacen falta fondos", cuenta Pepa.

El colegio se basa en la filosofía auditivo-oral de la currícula desarrollada por el Moog Center for Deaf Education de Saint Louis, Estados Unidos, que busca que los niños aprendan a escuchar y a desarrollar su expresión oral entendiendo el valor del lenguaje hablado como instrumento eficaz para su integración. Quienes quieran y puedan colaborar con la labor del colegio como donantes, apadrinando a un chico o sumándose como voluntarios, llamar al (011) 4717-2481 o escribir a Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.. Más información: www.colegiolaslomasoral.org.ar.

www.lanacion.com.ar  21/07/14