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Cada vez más escolares con dificultades de aprendizaje reciben el rótulo que indica que padecen ADD -déficit de atención- como consecuencia de una tendencia creciente en el mundo, que busca controlar rápidamente conductas no deseadas a través de la medicación, informaron expertos de distintas disciplinas.

El problema no es nuevo y la preocupación crece entre profesionales de la salud, educadores y padres de chicos que asisten tanto a escuelas privadas como públicas, quienes comprueban que la cantidad de chicos medicados por "falta de atención" aumenta año a año.

"Cuando un chico no puede aprender, hay que buscar las causas de esa dificultad, y en primer lugar abordar al niño como lo que es, un sujeto producto de una trama de articulaciones", dijo a Télam el pediatra José Kremenchuzky.

El especialista forma parte del comité organizador de un simposio sobre "Patologización de la Infancia " que en junio próximo abordará la problemática de los niños diagnosticados con el síndrome de ADD/ADHD.

Falta de atención, impulsividad y excesiva actividad motora son algunos de los síntomas que se reflejan en conductas como la de responder una pregunta sin haber terminado de escucharla, o contestar fuera de contexto, interrumpir o invadir el juego de otros niños, entre otras.

Entre un 5 y un 10 por ciento de niños estadounidenses son medicados en muchos casos con metilfenidato -conocido por el nombre comercial de Ritalina- por no responder a los requerimientos de la escuela.

Los médicos que prescriben el metilfenidato para estos casos, aseguran que la droga actúa a nivel del lóbulo frontal, lo que permite un mejor control de los impulsos, disminuye la hiperactividad y mejora la atención.

En cambio, el organizador del simposio sobre ADD señaló que no se puede medicar sobre un conjunto de síntomas que provienen de distintos problemas de base y defendió el abordaje del niño como sujeto.

"Hay que evaluar su estructura psíquica, si hubo o hay violencia familiar, desamparo o falta de estímulo o si la escuela no es la adecuada para ese niño", sostuvo Kremenchuzky.

Además, señaló que la medicación no es inocua y sus efectos pueden provocar alteraciones como anorexia o retraso en el crecimiento, entre otros trastornos.

Por su parte, Silvia Dubrovsky, directora porteña del Area de Educación Especial dijo que "no es raro que dentro del aula nos encontremos con niños que vienen a la escuela medicados y que recién a media mañana estén en condiciones de estar en clase".

Dubrovsky admitió que hay chicos medicados después de recibir el diagnóstico "Déficit de atención" o "ADD/ADHD" con o sin hiperactividad y aclaró la mayor parte de estos niños concurren a establecimientos de educación común.

"Los educadores pueden hacer algo con este problema. Pueden intervenir a través de los equipos de orientación para que los médicos de estos chicos conozcan como afecta la medicación", sostuvo la directora de educación especial.

Dubrovsky dijo estar en desacuerdo con un modelo de diagnóstico basado en una "encuesta" de la que se desprende la indicación a tomar medicamentos.

Por ese motivo, la funcionaria admitió que el tema preocupa puertas adentro de la escuela porque es en ese ámbito en donde aparece la problemática.

Según Dubrovsky, "el mal uso de ciertas categorías clínicas llevadas al aula más que contribuir al conocimiento del alumno, lo restringe" .

www.educarc.blogcindario.com 23/05/07