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Es la propuesta de la Casa del Niño María de Nazareth, que funciona en Villa Ballester

Un lugar para que los chicos hagan libremente lo que mejor saben hacer: jugar y aprender. Ésta es la propuesta de la Casa del Niño María de Nazareth, en Villa Ballester, partido de San Martín.

Allí, cualquier rincón es una invitación a la aventura. Cajones de fruta y verduras adornan el patio lleno de juegos de exterior. En la cocina, un grupo de madres voluntarias cocina el almuerzo, mientras los chicos se dividen según las edades en diferentes aulas en las que son ayudados con los deberes escolares e invitados a participar de diferentes actividades recreativas y pedagógicas.

"Trabajamos a contraturno de la escuela con el método de enseñanza Montessori. Vimos cómo empezaron a responder los chicos de manera fantástica y seguimos por este camino. Los chicos ganan en independencia, estimulan los sentidos y las ganas de aprender, trabajan con números y hasta producen sus propios libros", explica Graciela Klobovs, responsable de la institución, mientras a su lado dos nenas juegan con figuras geométricas con sus ojos tapados.

Actualmente son 87 los niños de 2 a 14 años que todas las mañanas de lunes a viernes, además de desayuno y almuerzo, reciben acompañamiento escolar y la enseñanza de algunos oficios. Hasta el año pasado, la entidad funcionaba doble turno, pero tuvieron que cerrar el de la tarde por falta de ingresos.

Patricia Castro fue una de las tantas madres beneficiadas con la existencia de la Casa del Niño. Cuando se quedó sola con tres hijos encontró en esta institución el apoyo y el refugio que necesitaba. "Los traía a las 8.30 y los retiraba a las 4 de la tarde. Nunca había trabajado, pero tuve que salir por mis hijos. El último de mis hijos dejó de venir hace 3 años y yo sigo viniendo para colaborar con lo que sea", explica Patricia.

Y agrega: "Tengo mi casita de material gracias a esta ONG. Una mujer austríaca me apadrinó, me conoció y me empezó a mandar la plata para construirla. Es un lugar que se necesita en el barrio porque los chicos necesitan contención y porque los padres trabajan todo el día y no es bueno que los chicos estén solos en la calle".

La Casa del Niño -que funciona desde hace 20 años- tiene serios problemas para conseguir el dinero necesario para sostener el funcionamiento del lugar. Si bien recibe becas del gobierno de Buenos Aires, del Banco de Alimentos y del PNUD, no le alcanza para cubrir los gastos diarios, del personal y de mantenimiento.

"La comida es lo que la gente más dona, pero el problema es que no nos alcanza para cubrir los gastos mensuales de luz, agua, gas, arreglos, viáticos y los honorarios. Lo único que no pagamos son los impuestos municipales", dice Gabriela, que hace lo imposible por mantener a flote esta institución, que tiene una lista de espera de chicos de casi el doble de su capacidad.

Las necesidades más urgentes son voluntarios para estar con los chicos, materiales para la construcción y mano de obra, zapatillas infantiles, pañales, frazadas, sábanas, toallas, maderas para el taller de carpintería, pintura para interior y exterior, artículos de cocina y un horno pizzero para la cocina.

Los interesados en colaborar pueden llamar al 4738-5512 / 5195-8448 o escribir Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.. Para interiorizarse más sobre el proyecto, pueden ingresar a http://casadelninomaria.com.ar/

www.lanacion.com.ar  04/11/13