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Serían llamados varios sectores sociales para que aporten sugerencias para una futura ley

A casi veinte años de haber sido declarada su autonomía, la ciudad de Buenos Aires aún no tiene una ley que regule las actividades educativas en su jurisdicción. Para favorecer que se llegue lo antes posible a una norma de este tipo, en la Legislatura avanza la convocatoria a un congreso pedagógico porteño.

De prosperar la iniciativa, durante 2012 podrán opinar sobre qué se debe enseñar -y cómo- no sólo los docentes, padres, alumnos y expertos en educación, sino también las colectividades, los periodistas, gremialistas y organizaciones no gubernamentales. Las sugerencias recogidas serán los insumos para la discusión entre los legisladores de una futura ley general de educación de la ciudad.

La propuesta, que gira en torno a los contenidos y las técnicas pedagógicas, fue formulada por el legislador de la Coalición Cívica Sergio Abreva ya y recibida con entusiasmo por el ministro de Educación, Esteban Bullrich, legisladores de Pro y también de Proyecto Sur y por la Academia Nacional de Educación. "En la ciudad no hay rumbo en educación desde hace años. La ciudad se salvó de exterminar las escuelas técnicas y de tener el EGB [Educación general básica] porque no adhirió a la ley de educación de Menem, pero eso no significa que en la ciudad se tenga claro adónde se va. Por eso es necesario que se dedique el año 2012 a debatir sobre el qué y el cómo de la educación", dijo Abrevaya a LA NACION.

El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, aprobó la iniciativa. "Nos parece importante que en la ciudad se dé un debate amplio sobre la educación", dijo. Y agregó que sugirió a los legisladores que la propuesta sea específica sobre algunas problemáticas, como "la necesaria reforma del secundario y la carrera docente".

"Sugerimos que no se plantee de forma abierta todos los niveles y temas del área educativa, sino que se acote para que el congreso sea más productivo y permita una discusión amplia y que llegue a resultados concretos", dijo Bullrich.

El presidente de la Academia Nacional de Educación, Horacio Sanguinetti, coincidió en alentar la iniciativa. "Algo hay que hacer porque la situación es grave, particularmente en el nivel secundario", dijo quien fuera el primer ministro de Educación de la ciudad desde que comenzó a regir su Carta Magna. Sanguinetti ocupó esa área durante la gestión de Fernando de la Rúa como jefe de gobierno y considera como uno de sus logros el haber resistido la imposición de la ley federal de educación por parte del gobierno nacional de Carlos Menem.

"Habría que hacer un congreso pedagógico discreto y no multitudinario y tumultuoso como el que se hizo a nivel nacional", dijo en alusión al convocado y realizado durante el gobierno de Ricardo Alfonsín, entre 1985 y 1988. "Esperaremos a conocer el proyecto, pero cualquier esfuerzo en esa materia será alentado por la Academia, que hará todo lo necesario para que se llegue a un buen final", dijo Sanguinetti.

Muchas voces

Dada la experiencia del Congreso pedagógico nacional de los 80 -que según algunos críticos fue "copado" por la Iglesia Católica-, Abrevaya aspira a neutralizar la posibilidad de que se imponga un grupo o sector social por sobre otros. Prevé que "las sugerencias que se hagan durante las discusiones por ámbitos se recojan todas sin volcarlas en conclusiones". Se busca de esta forma que lleguen a los legisladores las opiniones y sugerencias sobre los contenidos de la educación y la forma de enseñarlos de la comunidad educativa, los técnicos de educación y otras voces de la sociedad. Para ello es, según los fundamentos del proyecto, "esencial e imprescindible el debate, sin prejuicios y abierto a la totalidad de los actores involucrados, que otorgue consenso al diseño de un sistema apto para responder a los requerimientos de la sociedad del siglo XXI".

Los detalles de la propuesta no están aún definidos. La idea es acercar una lista de pocas preguntas abiertas para la discusión en talleres de reflexión, por realizarse en las escuelas, y dirigidos a tres distintos ámbitos: la comunidad educativa de todos los niveles de enseñanza de gestión pública y privada, los formadores de opinión y comunidades y los técnicos de la educación.

Según se adelantó, los encargados de redactar las preguntas serán los miembros de un equipo de técnicos y representantes de distintas fuerzas políticas.

Si bien aún no trascendió los muros de la Legislatura, la propuesta es bien recibida por expertos en temas de educación. "Podría dar lugar a una mayor articulación entre los distintos niveles, y esto sería muy útil, y un mayor diálogo entre los distintos actores de la educación", dijo la ex directora general de educación del gobierno porteño, Haydée Caffarena.

www.lanacion.com.ar 08/10/11