Trabajo seleccionado del Encuentro Virtual "El proceso de enseñanza-aprendizaje en contextos de pobreza" realizado entre el 26/04/13 al 17/06/13 dictado por Área Psicopedagógica.

Por Sonia Alejandra Vallenari

Actualmente a la escuela asiste un gran número de niños que, por diversos motivos han nacido y se están desarrollando en contextos de pobreza no solo económica, sino también cultural y social. Estas condiciones adversas pueden incidir de manera desfavorable tanto en su desarrollo físico como psicológico repercutiendo de manera negativa en sus aprendizajes, para los cuales probablemente presenten algún tipo de dificultad.  

Con este panorama a las escuelas se les plantea un gran desafío ya que estos niños han internalizado un estilo de aprendizaje con el cual se desenvuelven en su medio cotidiano, el cual generalmente, no concuerda con  los estilos de enseñanza de la escuela, por lo que, seguramente se presentarán obstáculos que se materializarán en los no aprendizajes de los niños. 

Pero si tenemos en cuenta que en los procesos de enseñanza-aprendizaje siempre participan dos, quien enseña y quien aprende, y que no siempre el que aprende es el que posee los obstáculos para hacerlo, deberemos también centrar nuestra mirada en la escuela, quien, como responsable de la enseñanza, deberá implementar distintas estrategias para facilitarle a estos niños el acceso a la currícula escolar. 

Con el fin de conocer en profundidad la realidad de estos niños y su particular modo de acceder a los objetos de conocimientos, el juego,  actividad y lenguaje por excelencia de los mismos, se transforma en una herramienta  posible a utilizar en las escuelas.

Mediante el juego de un niño podemos conocer  su mundo interno, aquellas cosas que lo preocupan, lo enferman, lo traban, también aspectos psicológicos, afectivos, su nivel de pensamiento, sus saberes previos. El juego nos permitirá dilucidar cómo aprende un niño  o porqué presenta dificultades en sus aprendizajes.

El juego es una actividad inherente al ser humano, siempre ha estado presente en el hombre, en todas las culturas, en las distintas épocas, y a lo largo de toda su vida, manifestándose de diversas maneras según la etapa biológica que la persona esté atravesando. Son diversos los teóricos que se han dedicado a estudiarlo, aportando una visión del mismo desde diferentes ópticas argumentada desde sus propios marcos conceptuales, enfatizando sobre distintos aspectos del juego y explicando sus beneficios y su incidencia en el desarrollo integral de la persona, así encontramos definiciones históricas, psicológicas, pedagógicas, filosóficas, biológicas, etc. 

Piaget plantea al juego en estrecha vinculación con el desarrollo cognitivo, entiende al mismo como una forma de  asimilar la realidad conforme a la estructura del pensamiento. De esta manera afirma que las actividades lúdicas son instrumentos para investigar cognoscitivamente el entorno y que a través de ellas el niño elabora, construye y desarrolla las sucesivas estructuras mentales. Propone una clasificación de juego fundamentada en la evolución genética de los procesos de pensamiento; conforme sea la estructura del mismo será el juego que predomine.

Una perspectiva psicoanalítica dirá que el juego permite proyectar y desplazar angustias y conflictos internos, mediante esta actividad el niño transforma experiencias sufridas pasivamente en activas, cambia dolor por placer, dando a estas experiencias un final feliz.

Hilda Cañeque en su libro “Juego y vida” destaca algunas funciones de esta actividad:

• Permite recuperar el equilibrio perdido así, quien está tenso, logrará relajarse y quien esté demasiado relajado, logrará activarse. 
• El clima en el cual se desarrolla el juego posee tan alto margen de libertad, que las personas logran conectarse mucho más allá de los prejuicios, los estereotipos u otro tipo de ataduras sociales. 
• Es autoregulador, un equilibrante de las tensiones y/o presiones que sufre el individuo frente al medio. 
• Permite ligar escenas lúdicas con otras escenas vividas, ya sea de la propia historia y/o también de su comunidad, así al favorecer conexiones con el pasado ayuda a desarrollar lo potencial, lo que podría haber quedado frenado, paralizado, reprimido. Sólo el juego permite convertir lo siniestro en fantástico dentro de un clima de disfrute, estimulando la expulsión del conflicto abriendo nuevos espacios internos para el conocer y el comprender.

En la actividad lúdica los niños despliegan sus conocimientos, sus sentimientos, sus alegrías, sus angustias. Pero debemos tener en cuenta, para un correcto aprovechamiento de esta herramienta, la particular realidad en la que se desenvuelven estos niños, sus aspectos cognitivos y subjetivos, el lugar donde viven, donde han nacido y crecido, las personas que los han acompañado en su desarrollo así como la manera en que lo han hecho. 

Como profesionales que intervenimos en la educación, tenemos un gran compromiso y responsabilidad para con estos niños y debemos ayudar a aquellos que presenten alguna dificultad escolar, ya sea cognitiva o subjetiva. Podemos utilizar el juego como una puerta de entrada a sus vidas y modificar o adaptar estrategias y metodologías de enseñanza de acuerdo a los conocimientos obtenidos gracias a la actividad lúdica, evitando que se instale un fracaso escolar por problemas de aprendizaje reactivo. Inés Rosbasco se refiere a este tema diciendo: “es probable que la mayoría de los niños de sectores desventajados que no aprenden entre los llamados problemas de aprendizaje reactivos, que no es otra cosa que la actuación de su disconformidad y malestar en un intento desesperado por preservarse narcisísticamente, dando lugar a una acción que no lo beneficia en su aprendizaje pero habla de un malestar cuando su palabra es suprimida por las reglas de la trama institucional.”

Bibliografía:

• Cañeque, Hida “Juego y Vida”. La conducta lúdica del niño y el adulto. Editorial El Ateneo. Buenos Aires. 1991.
• Garaigordobil Landazabal, Maite “Psicología para el desarrollo de la cooperación y de la creatividad”. Editorial Desclée de brouwer. España. 1995.
• Müller, Marina “Aprender para ser”. Principios de Psicopedagogía Clínica. Editorial Bonum. Buenos Aires. 1987
• Rosbasco, Inés “El desnutrido escolar”. Dificultades de aprendizaje en los niños de contextos de pobreza urbana. Editorial Homo Sapiens. Rosario. 2000