Imprimir

Las sociedades cambian cada vez más rápidamente y ciertos fenómenos que empezaban a llamar la atención hace por lo menos unos treinta años ahora están instalados definitivamente y hay que prestarles la atención debida. Nos referimos, esta vez, al papel que ocupan hoy entre nosotros los adultos mayores, y cómo debemos cuidar de ellos y apreciar todo lo que todavía siguen aportando, que es mucho.

Gracias al aumento en la expectativa de vida hay mayores de 65 años que trabajan y se mueven por su cuenta con total autonomía, y es esta una situación que afortunadamente va consolidándose con el tiempo. Los expertos consultados por este suplemento para su nota de tapa coinciden en que son muy pocos los que requieren una internación geriátrica, y lo mismo ocurre para aquellos que necesitan o un acompañante geriátrico o una persona del servicio doméstico para estar con ellos de manera continuada.

Por ello, para las familias es muy importante interiorizarse de cuáles son las reales necesidades de sus adultos mayores y, sobre todo, consultarlos si es necesario tomar alguna decisión importante que los involucre y pueda alejarlos del núcleo familiar. Justamente, a veces recurrir a una institución para una internación circunstancial o más prolongada fuera de la casa, que puede transformarse en un drama para los hijos y nietos, es una solución lógica, porque allí hay siempre personal capacitado para atender a los pacientes, sobre todo en las urgencias, que pueden empezar a presentarse con más frecuencia que antes.

Como siempre, lo más difícil es lograr el equilibrio entre aquello que un adulto mayor puede realmente hacer -la variedad de actividades es cada vez más grande, empezando, como decíamos, por seguir trabajando y vivir independientemente- y todo lo que su familia puede hacer, también, para acompañarlo. Es cierto: para muchos familiares hay un momento muy temido y es cuando las facultades intelectuales pueden debilitarse y entonces la pregunta es ¿cómo vivirá nuestro pariente, y nosotros con él, los últimos años de su vida? Todos esos temas son abordados cada vez más desde distintos ángulos de estudio, que confluyen en una disciplina relativamente nueva como es la gerontología.

Pero fuera de lo que se haga en el nivel particular, también la sociedad en su conjunto debe estar preparada mejorando, por ejemplo, los sistemas de transporte, de salud y sociales, con veredas en buen estado, rampas y ascensores en buen uso, buena señalización y, en general, con un cambio profundo de actitud hacia los adultos mayores, para tratarlos con el mismo respeto, cuidado y amor con el que pretendemos que nos traten a todos. Porque es bueno recordarlo una vez más, todos habremos de alcanzar un día esa misma condición.

Editorial Diario La Nación

www.lanacion.com.ar  01/11/14