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Maximiliano Muniz tiene 31 años, y aunque hace más de diez que intenta recibirse de administrador de empresas, no lo logra. Cuatro veces abandonó la carrera. Con sólo pensar en rendir un examen -dice- se bloquea, tiembla y lo acechan las fantasías de fracaso.

Maximiliano es un caso crónico, pero no único: según la Asociación Ayuda -una entidad que se dedica al tratamiento y la recuperación de quienes padecen trastornos de ansiedad- el 25% de los estudiantes (en edad escolar y universitarios) le tiene un miedo desproporcionado a las situaciones de examen. La ansiedad que les genera hace que posterguen, eviten o fallen en las pruebas. Se trata de cifras internacionales.

De los que se acercan a la asociación para pedir ayuda -Maximiliano está en tratamiento grupal desde hace un año, logrando buenos resultados- el 44% directamente ha dejado la carrera. "Son jóvenes de 20 a 27 años con un buen coeficiente intelectual, perfeccionistas, que viven su problema en secreto y que, aunque deban presentarse a rendir muchas veces, sólo pueden hacerlo por escrito y no oralmente", dice el psicólogo Daniel Bogiaizian, titular de la entidad.

Los miembros de la Asociación Neuropsiquiátrica Argentina también conocen el problema y saben que no es menor. El doctor Miguel Márquez, presidente de la entidad explica que "este trastorno cuando es agudo, es bastante más serio de lo que parece. Muchas veces esta fobia desencadena cuadros depresivos, y riesgos de consumo de alcohol o drogas". Al especialista no le extraña que en una sociedad que se vuelve más competitiva, con carreras universitarias más cortas, donde los chicos se reciben de "aprobadores de exámenes" -según sus palabras-, la desesperación por el rendimiento gatille la patología.

En las universidades el problema aflora con la misma fuerza. En la UBA , la UCA , y en la Universidad de La Matanza notan que este temor (algunos prefieren no etiquetarlo como "fobia") se incrementó en los últimos años. Si bien no llevan la cuenta del total de estudiantes que se acercan por este tema -explican que en general los chicos esconden la problemática- perciben un aumento en las consultas en los dos últimos años.

Buenas noticias

Pero, buenas noticias, todas las instituciones dicen estar cada vez más preparadas para ayudar a los chicos. Más allá del trabajo habitual de tutoría, en la UCA , por ejemplo, se está por crear un centro de orientación para atacar el problema cuanto antes. "Estos casos son muy frecuentes. Y creemos que tiene relación con otro dato que dice que un alto porcentaje de la deserción no responde a causas económicas", señala Cristina Monferrán, directora del departamento de Psicopedagogía.

En la UBA explican que este temor se manifiesta, sobre todo, al inicio de la carrera. "Los más chicos son vulnerables e inseguros en este período de transición", comenta Diana Aisenson, titular de la Dirección de Orientación al Estudiante. Allí, en los últimos diez años vieron incrementarse el pedido de ayuda por este tema. "Al dar un examen -continúa Aisenson-, se ponen en juego las dimensiones afectiva, cognitiva y comunicacional, y se notan dificultades. Pero uno no nace sabiendo dar exámenes. Se trata de un conocimiento que se adquiere y requiere entrenamiento."

Buscar caminos

Una investigación de 1998 del programa de orientación al estudiante de la Universidad de La Matanza demuestra que, entre los tres problemas principales de los alumnos, se destaca el bloqueo mental a la hora de rendir (los otros dos son la falta de orientación al elegir una carrera y la mala metodología de estudio).

Los especialistas aseguran que se pueden lograr mejorías. El miedo a los exámenes llevó a que Gustavo Bralo, de 35 años, abandonara en tercer año la carrera de contador. Hoy participa de una terapia grupal y dice que se siente más cerca de retomar sus estudios. "Dejé la facultad porque me agotaba la interacción con otros, pedir ayuda para dar un examen, la participación en clase... La ansiedad me anulaba -explica-. Lo bueno es que estoy trabajando mi problema y me propuse ser constante. Quiero recibirme de una vez por todas", concluye.

Consejos útiles

. Planificar metas de estudio que se ajusten a la realidad y no impliquen una sobreexigencia.
. Entrenarse en técnicas de relajación y ponerlas en práctica a la hora de rendir.
. Repensar el significado de un examen y quitarle dramatismo.
. Compartir los miedos y trabajarlos en grupo.

www.lanacion.com.ar 03/09/02