Asesoramiento y acompañamiento en la crianza y educación de los hijos.
Se brinda asesoramiento a los padres basadas en la crianza con apego y en la disciplina positiva.
Se asesora sobre los primeros aprendizajes otorgando una serie de pautas e informaciones respecto a los aspectos evolutivos, madurativos, sociales y espirituales que favorezcan el vínculo familiar y el desarrollo integral de los hijos.
Abordaje psicopedagógico integral del niño y su familia.
Se acompaña al niño desde el sufrimiento por sus dificultades de aprendizaje y se aborda la situación desde un enfoque holístico que tiene en cuenta su ser, su sentir y su hacer. Se trabaja desde el afecto y el vínculo con la familia y su vivencia en su trayectoria escolar.
La metodología de trabajo consiste en entrevistas con el niño, la familia y el niño junto a su familia.
Asesoramiento,formación e información sobre pedagogías alternativas.
Se brinda asesoramiento, información y formación acerca de las pedagogías alternativas.
Se brinda orientación y acompañamiento respecto a actividades que respeten el interés y el propio ritmo de aprendizaje de los niños basadas en las distintas propuestas que ofrecen las pedagogías alternativas.
El asesoramiento se brinda a familias y/o a grupos o instituciones...
Los perros son excelentes aliados para mejorar la vida de personas con discapacidad o con problemas de adicción
Algunos nombres se convierten en leyenda y se anotan en el olimpo de los héroes anónimos. En el Oeste, la gracia de un terapeuta aún resuena en la boca de algunas personas. Quienes lo conocieron cuentan que era un gigante cabezón, dueño de una mirada muy especial. Murió en enero de 2014. Ese día, el perfil de Facebook creado por los padres de algunos de sus pacientes se llenó de hermosos recuerdos: "Le enseñaste a caminar a mi hijo", "le enseñaste a abrazar", "a sonreír". No había paciente que se le resistiera, incluso los que comenzaban sus sesiones con fobias a él y su raza. Sí, miedo a él y su especie, porque Pepper, como se llamaba, no era sólo un terapeuta. Además era un perro terranova.
"A mí me enseñó lo que es el amor incondicional -afirma Elsa Szwarcman, dueña y colega del can-. Cuando enfermé de cáncer jamás se apartó de mí. Me operaron y antes de despertarme de la anestesia estaba soñando que caminaba por los caminos arbolados de mi casa junto a él. Fue fácil entrenarlo, en poco tiempo se convirtió en mi sombra, mi compañero de viajes, mi coterapeuta. Nos conectábamos con la mirada y lo mismo hacía con los pacientes." Szwarcman nació en una familia de médicos, pero al terminar el secundario se calzó el traje de oveja negra y pidió estudiar veterinaria. El mandato familiar influía para que siguiera medicina, y su propio hermano, ya recibido, la llevó a la Facultad de Veterinaria para presenciar el tacto rectal de una vaca. La excursión la depositó sin escalas en Psicología, pero las vueltas de la vida son incontrolables, y en tercer año de la carrera se encontró con una materia llamada Psicología Comparada que trataba de la función terapéutica de los perros. Décadas antes, después de la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos tenían que hacer algo con los perros entrenados para el conflicto bélico. En ese momento, un grupo perteneciente a la Cruz Roja optó por reentreposinarlos para trabajar con personas amputadas y así ser perros de asistencia. De esta manera, antiguos combatientes formaron la Delta Society, sin saber que muchos años después, una joven licenciada argentina iba a solicitar capacitarse en la única entidad que figuraba en los apuntes de una materia cuatrimestral, la suya.
Elsa volvió de su expedición por América del Norte con la idea de armar un proyecto en el ámbito local. Se lo planteó al secretario de Salud de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, pero por aquel entonces, el doctor Alberto Cormillot consideró que era un "excelente programa primer mundista para un país tercer mundista". Después de la última dictadura militar, en el sur de la ciudad se reabrió el Parque Roca, y en él se fundó el primer servicio de zooterapia que tuvo la Argentina, que lamentablemente no se encuentra vigente.
En la actualidad Elsa se desempeña como coordinadora del equipo de Terapia Asistida con Perros que funciona, de lunes a viernes, en el Centro de Desarrollo Social La Torcacita, dependiente de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de ituzaingó. En el establecimiento también se dictan talleres y capacitaciones laborales, entre muchas otras actividades que van desde lo deportivo y recreativo hasta la alfabetización de la población de la zona.
El predio abarca toda una manzana en gran parte parquizada; el aroma del pasto húmedo y el verde del arbolado predominan en la escena que protagoniza la licenciada Szwarcman junto a su equipo híbrido, compuesto de humanos, perros terranovas, pastores de montaña del Pirineo y golden.
Los perros técnicamente son las herramientas de los terapeutas, aunque los pacientes y su entorno no evita canonizarlos. Érica es mamá de Mirko y sostiene que también es una terapia para los padres, incluso su marido experimentó en primera persona y con lágrimas en los ojos los avances del pequeño cuando éste lo abrazó por primera vez después de empezar a hacerlo con los canes.
La falta del crecimiento del cerebelo de Matías provocó dificultades en el equilibrio que el nene necesita para caminar. Sus papás inspiran.
El sol en pleno mediodía de enero pega con fuerza y ellos están bajo sus rayos, inmutables, con tal de mejorar la calidad de vida de su único hijo. El progreso del chico es indiscutible, en dos meses fue capaz de ponerse de pie. David tiene 21 años. isabel, su mamá, dueña de una mirada profunda, recuerda cuando su hijo a los tres se cayó en una pileta. A causa de ese accidente su cerebro sufrió una falta de oxígeno que derivó en un retraso madurativo. Durante su adolescencia, David atravesó distintas etapas, y gracias a Teodora y Beatriz, unas maestras que se cruzó en el camino, aprendió algo tan importante como encontrarse a sí mismo y poder decidir. Él solo optó por la terapia. "Acá se viven historias fuertes, por eso es mi proyecto de vida", finaliza Elsa, que sólo pide más personal para poder cubrir las necesidades de sus pacientes. Durante toda la jornada, su figura envuelta en un ambo rosa interactúa de mil maneras con sus asistentes caninos. En su casa conviven 46 perros que consumen, aproximadamente, la misma cantidad de kilos de alimento por día. Ella mantiene a los terapistas jubilados de su bolsillo, los que están en actividad comen gracias a la colaboración anónima de Agroindustrias Baires, una firma privada con una conciencia social digna de averiguar, admirar e imitar.
Existe una subclasificación dentro de lo que es el trabajo con perros. Se dividen en escuderos, que son los que trasladan las sillas de ruedas; detectores, que como la palabra indica detectan el aura epiléptica o de subida y bajada de glucosa; de servicio, que asisten a personas con movilidad o funcionalidad reducida, y guía, que se convierten en los ojos de personas ciegas. Paralelamente son utilizados en terapias alternativas: durante 2014, Bocalan Argentina realizó una intervención asistida con animales en una comunidad terapéutica de adictos. El objetivo principal fue introducir a los pacientes en el mundo de los perros de asistencia, brindándoles información sobre el trabajo de los mismos.
"De este modo, les presentábamos dos posibles objetos identificatorios -sostiene Margarita Ziade, directora de Bocalan Argentina-. Por un lado, los perros necesitan aprender ciertas conductas socialmente correctas para poder cumplir bien su función de ayuda técnica de una persona con discapacidad. Todas estas conductas tienen un significante paralelo en la vida de los adictos."
Ziade añade que, por otro lado, los usuarios de los perros, quienes participaron de forma activa de la intervención, dando su testimonio de vida y mostrando cómo a pesar de una discapacidad se puede salir adelante, cumplieron un rol vital. "El resultado de esta intervención fue muy enriquecedor, ya que mediante los perros se les brindó un espacio donde pudieron dar lugar al crecimiento de sus herramientas psíquicas para poder atravesar sus tratamientos y terminarlos con éxito. La base del éxito fue asentada en la similitud de la metodología de sus tratamientos y el entrenamiento de los canes", finaliza.
Entre los animales y sus dueños se genera un vínculo que va más allá de lo asistencial. Maximiliano Marc es rosarino, y durante la charla en la casa de Cristina y Adrián -sus amigos- en más de una oportunidad sus ojos incapaces de ver se bañarán de lágrimas al referirse a Bandit, su perro guía y compañero de equipo. Marc nació en 1971; en 2001 quedó definitivamente ciego debido a una retinitis pigmentaria que lo tenía a maltraer desde joven. Antes de eso era guía turístico, hoy es un revolucionario en constante evolución. "Cuando quedé ciego estuve dos meses y pico tirado en una cama, no quería saber nada. Vivía solo y tuve que volver a la casa de mis viejos porque no podía sostener una casa con todo lo que implica. Hasta que un día hice click y entendí que hacía algo o me quedaba encerrado para siempre", recuerda.
Comenzó rehabilitación y conoció otras realidades incluso más complejas que la de él, y así aprendió una de las verdades de la vida: reírse de sí mismo era el camino para volver a aceptarse. Volvió a hacer natación y a anotarse en una facultad que, lamentablemente en su primer día de clases, lo ignoraría hasta tal punto de generarle el impulso de querer salir corriendo y no regresar nunca más. Pero por suerte cuando uno cae, un salvador elige un nombre al azar y se presenta ante nosotros para asistirnos. "Un tal Raúl se acercó para ayudarme y resultó ser mi profesor, no sólo por dictar una materia, sino porque me dijo algo que se me grabó a fuego: Cuando tomes una decisión, así sea la de abandonar, que sea por vos, no porque te expulsen o te hagan sentir mal", comparte Marc.
En un viaje conoció lo que es un perro guía. Se puso en campaña y viajó a Estados Unidos a buscar a Bandit, un labrador negro como su sombra. Con él volvió a tener independencia y a sentirse en libertad, aunque cada tanto alguien levante barreras invisibles. Su historia se hizo tristemente conocida después de que un colectivero ignorante (de leyes, y sobre todo de buenos modales) le negara el acceso con el can al vehículo. La violencia física que literalmente usó el conductor generó tanta impotencia como la complicidad de los pasajeros que no intercedieron.
Moverse con un perro guía
La ley de la ferocidad se empeña por enseñar a los golpes. Ese día, Maxi aprendió que para que no le pase eso a nadie más, no podía quedarse en la queja. Impulsó, militó, defendió y logró que se aprobara la ley 26858, que tiene por objeto asegurar el derecho al acceso, la deambulación y permanencia a lugares públicos y privados y a los servicios de transporte público, en sus diversas modalidades, de toda persona con discapacidad acompañada por un perro guía o de asistencia. La ordenanza fue sancionada por el Congreso el 22 de mayo de 2013, pero todavía espera que el Poder Ejecutivo le dé la reglamentación necesaria para poder ponerse en práctica plenamente.
La resiliencia a veces viene con el plus de direccionar nuestra vida hacia lugares que antes de superar una crisis no imaginábamos. Maximiliano pasó de guiar a personas por diversos paisajes a formar parte de la Secretaría de Discapacidad de su ciudad. Recuerda aquellos días, y sus ojos lejos de humedecerse por nostalgia, lo hacen por satisfacción: "Este trabajo también me permite viajar mucho, a veces me lleva un chofer que se acostumbró a describirme desde los colores de las hojas de los árboles hasta el del cielo sobre la ruta para que yo lo pueda ver a mi manera. Haber generado eso en alguien es impagable", reflexiona. Su sentido común hace que de su boca broten palabras que explican el significado de la palabra accesible en algo tan simple como cuidar la vereda propia, estacionar bien el auto o evitar poner obstáculos en el camino. "Uno elige todo el tiempo, yo elegí al menos intentar cambiar la realidad inmediata. La vida es un desafío constante, a veces me gustaría pasar desapercibido, pero también está bueno no perderte entre la multitud", finaliza Maximiliano Marc. En la casa de sus amigos (también ciegos) hay muchos portarretratos con sus respectivas fotos, puestas según Maxi para que las visitas las disfruten, aunque los dueños de casa nunca las hayan podido ver. Es que incluir es un ida y vuelta, y ellos pregonan con el ejemplo.
Por Leandro Gil
www.lanacion.com.ar 07/03/15
ÁREA PSICOPEDAGÓGICA OFRECE NUEVOS SERVICIOS:
Información en: coordinacion@areapsicopedagogica.com.ar
Estamos en Facebook como AREA PSICOPEDAGOGICA
Gracias a todos por apoyar nuestra iniciativa y querer ser parte de este emprendimiento!!! Área Psicopedagógica los saluda deseando que este espacio sea de utilidad para todos y que podamos seguir aprendiendo y amando la profesión que hemos elegido!!!
INFORMACIÓN ADICIONAL
Colegios y asociaciones de Psicopedagogos de la Argentina
¿Dónde estudiar Psicopedagogía?
Potenciado por Joomla!
Adaptación realizada por Diseño web Mar del Plata