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Un niño entró a una cafetería y se sentó a una mesa....La mesera, apresurada por la cantidad de clientes, se dirigió a la mesa, algo malhumorada, y colocó un vaso de agua delante de él, como era la costumbre del lugar.
El niño preguntó. "¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?". La mesera le contestó: "Cincuenta centavos."
El niño sacó su mano del bolsillo y se puso a contar las monedas que traía, algo preocupado…Volvió a preguntar: "¿Cuánto cuesta un helado solo?". La mesera ya estaba impaciente, por la indecisión del niño y porque había bastante gente en el establecimiento. Respondió apresurada, y de malas maneras: "Treinta y cinco centavos".
El niño dijo: " Quiero el helado solo".
La mesera tomó el pedido, trajo el helado y dejó la cuenta en la mesa, y se fue a atender a los demás clientes del lugar.
El niño comió su helado y lo disfrutó con gran placer, y luego se marchó.
Cuando la mesera volvió, comenzó a limpiar la mesa donde estuvo el niño, y encontró el pago sobre la factura de la cuenta... La mujer estaba sorprendida.... Allí sobre la mesa, junto al plato del helado estaba el pago de treinta y cinco centavos y, además... ¡SU PROPINA!Este niño le dio una gran lección a esta mujer, que desconfió de su honestidad y jamás pensó, que el niño la valorará, y prefiriera no consumir un helado completo, sino tomar el más económico, con tal de darle su propina.
Pensemos, en cuantas ocasiones juzgamos mal, y a la ligera las personas y las situaciones....no todo es lo que parece ser en un momento determinado.