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"Yo le digo todo que sí, con tal de que no llore." "Pobre, esta celosa porque tuvo un hermanito, no le puedo decir que no." Estas son algunas frases que se escuchan a menudo, provenientes de madres o padres que tienen miedo y no se animan a ponerles límites a sus hijos.

A la hora de aconsejar, tanto psicólogos como psicopedagogos coincidimos en la importancia de establecer límites. Los chicos necesitan disciplina. No hablamos de una mano férrea, castigos, ni nada similar, sino de delimitarles el camino, brindarles un marco contenedor y de referencia, estableciendo pautas y reglas claras que los ayudarán a saber cómo comportarse, qué se espera de él y qué puede esperar de la situación.

Establecer límites es una manera más de demostrarle que lo amamos. Un chico sin límites se siente desprotegido y no amado. La familia es un simulacro de la sociedad en la que debe insertarse, es la primera institución, y por eso es importante que transmita las reglas de juego.

Si no los tiene, tendrá dificultades en el jardín cuando deba acatar las consignas de la maestra, cuando tenga que respetar una norma o interactuar con chicos de su edad. No sabrá cómo comportarse, lo que le dará una gran inseguridad y lo hará sentir desorientado. ¿Para qué sirven los límites? Son necesarios para que crezca emocionalmente sano debido a que dan protección y enseñan a pensar: a elegir o discrimar entre lo que es deseable y lo que no lo es, y lo que se puede o no. Si el chico es más fuerte que los padres, no podrá sentirse protegido por ellos.

Cómo hacerlo

. Claridad. ¿Son lo suficientemente claros para que los entienda?

. Consistencia. ¿Los aplico consistentemente, o esto depende de mi estado de animo y mi cansancio?

. Firmeza. Al dar una directiva debemos evitar las preguntas. Por ejemplo, si queremos que nuestro hijo se vaya a la cama a las 21.10, antes le decimos "en 10 minutos es la hora de ir a la cama". Evitando hacerle la pregunta ¿querés ir a la cama?

. Desaprobar la conducta, no al niño. Si tienen un comportamiento inadecuado es importante marcárselo sin adjudicarle adjetivos. Si le pegó a un amigo debemos decirle: "No le pegues porque le duele", y evitar frases como "no seas malo".

. Consecuencias lógicas y naturales de los hechos. Por ejemplo, si nuestro hijo maltrata un juguete y luego de pedirle que lo cuide reiteradas veces termina rompiéndolo, la consecuencia natural de este hecho es que se queda sin ese juguete.

. Consecuencias lógicas. Se refiere a consecuencias creadas por los padres que están lógicamente relacionadas con un comportamiento anterior. Por ejemplo, si el chico rompió el juguete de su hermano, una consecuencia lógica es que intente repararlo.

Hay diferentes maneras de ponerles límites a nuestros hijos. Es importante reflexionar acerca de este tema para encontrar nuestro estilo parental y nuestra manera de hacerlo. Se necesita mucha dedicación, energía y creatividad, pero es posible.
Ellos necesitan que les demarquemos el camino, que les marquemos la ruta poniéndoles carteles de lo que se puede y lo que no. Esto les dará seguridad, los ayudará a crecer, madurar y convertirse en personas con autodisciplina, autodominio y autocontrol. Les permitirá, en definitiva, convertirse en seres humanos autónomos, independientes y responsables.

Por Agustina de Cristóbal
La autora es licenciada en Psicopedagogía y terapeuta familiar.

www.lanacion.com.ar 26/05/05

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