Asesoramiento y acompañamiento en la crianza y educación de los hijos.
Se brinda asesoramiento a los padres basadas en la crianza con apego y en la disciplina positiva.
Se asesora sobre los primeros aprendizajes otorgando una serie de pautas e informaciones respecto a los aspectos evolutivos, madurativos, sociales y espirituales que favorezcan el vínculo familiar y el desarrollo integral de los hijos.
Abordaje psicopedagógico integral del niño y su familia.
Se acompaña al niño desde el sufrimiento por sus dificultades de aprendizaje y se aborda la situación desde un enfoque holístico que tiene en cuenta su ser, su sentir y su hacer. Se trabaja desde el afecto y el vínculo con la familia y su vivencia en su trayectoria escolar.
La metodología de trabajo consiste en entrevistas con el niño, la familia y el niño junto a su familia.
Asesoramiento,formación e información sobre pedagogías alternativas.
Se brinda asesoramiento, información y formación acerca de las pedagogías alternativas.
Se brinda orientación y acompañamiento respecto a actividades que respeten el interés y el propio ritmo de aprendizaje de los niños basadas en las distintas propuestas que ofrecen las pedagogías alternativas.
El asesoramiento se brinda a familias y/o a grupos o instituciones...
Hace 25 años no se recomendaba que los bebés durmieran con los padres o que se les hiciera upa cada vez que lloraban. Los pediatras de hoy aconsejan todo lo contrario. Y cuanto más apego, mejor.
Hace un cuarto de siglo, los bebés eran como “mini adultos”: no había que hacerles upa porque se malcriaban. Si lloraban, el mandato era dejarlos solos para que se fortalecieran. ¿Las comidas? No más de seis al día, como cualquier régimen estricto. Se respondía solo a necesidades fisiológicas: cambiarlo, alimentarlo y dormirlo. Pero, desde entonces, la puericultura y la psicología infantil impulsaron el apego, una crianza centrada en el contacto permanente entre padres e hijos. Se entendió que los recién nacidos tenían otras demandas.
“ La base de la nueva crianza es reconocer las necesidades del bebé.
Aprender a ver qué le falta y qué está pidiendo. Es encontrar el lenguaje del chico”, explica la pediatra Carolina Marotta, del grupo Familia y Crianza de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Esto repercute en el modo de cuidarlo, tan radicalmente que contradice los antiguos manuales de pediatría. Por ejemplo, la posición para dormir, clásicamente boca abajo, ahora es boca arriba. “Sabemos que reduce un 80% los casos de muerte súbita”, explica Silvia Monzón, puericultora del Hospital Fernández. Y si de dormir se trata, los pediatras recomiendan que repose en el cuarto paterno al menos hasta los seis meses, porque también disminuye el riesgo de muerte súbita. “Hace 20 años, a los 20 días ya dormían solos”, recuerda el pediatra Eduardo Peszkin, coordinador general del Area Ambulatoria del Hospital Garrahan.
El polémico colecho, prohibido por décadas, es promovido por algunos especialistas.
Los detractores argumentan que es poco seguro para el bebé y que atenta contra la sexualidad de la pareja. Otros, como Monzón, lo ven como un “signo de la época”: “Como trabajan ambos padres, si el bebé no duerme bien, es más fácil llevarlo a la cama que pasar la noche sin descansar”. Para Carlos Wahren, jefe de Pediatría del Hospital Italiano, “esta costumbre varía según la cultura y es muy frecuente en los países orientales, cuyas estadísticas muestran menos casos de muerte súbita”. “El contacto directo durante las horas de sueño favorece que el bebé incorpore las distintas fases del sueño, y logra una sincronía en los ritmos respiratorios de madre e hijo”, asegura Soledad Martín, puericultora y directora del Centro de Orientación y Asistencia para la Primera Infancia.
¿Y si el bebé llora?
Al contrario de lo que se predicaba hace 25 años, hoy aconsejan contenerlo. ¿Darle el chupete? Sí, pero en algunos casos. “Antes se lo daban a modo de tapón, para que se callara. Ahora su fin es ayudarlo a alcanzar un estado de relajación, sobre todo antes de dormir”, describe Marotta. Peszkin agrega que en el pasado se ofrecía el chupete enseguida después del parto. Hoy se recomienda esperar unos 20 días, hasta que se consolide la lactancia.
Justamente, la lactancia fue otro de los grandes cambios. Una mamá de clase media alta, hace 40 años amamantaba solo el primer mes. Hoy, los pediatras enfatizan los beneficios protectores de la leche materna y oscilan entre recomendar la “teta a libre demanda” y una “libre demanda controlada”, es decir, cada 2 horas durante el día y cada 3 de noche, los primeros 6 meses. “La lactancia es “de mutuo requerimiento”: lo que el bebé demanda, pero también cuando la mamá quiere y puede”, dice Marotta.
Otro de los pilares del apego es el babywearing (portar al bebé): enlazado en el fular, una tela especial, se fomenta que los padres carguen al niño a todos lados. Se cree que así será más independiente y seguro de sí mismo, al revés de las antiguas suposiciones de que hacer “upa” era malcriar. “Se fue pasando de una postura rígida a un respeto de la demanda del bebé –afirma el doctor Wahren–. Es un patrón mas plástico”.
Fernanda Gómez, psicóloga perinatal, coincide con el médico y sostiene que “más que seguir una teoría, hoy los padres se concentran en lo que su hijo necesita y lo que es funcional para la familia”. Gómez difunde esta filosofía en grupos de crianza y desde sus blogs, Gestando Criando y Yo soy mamá canguro. “ El contacto piel a piel es tan necesario como la alimentación. Los bebés necesitan estar a upa”, declara. Esto implica un desafío, en una sociedad donde el tiempo tiene precio. La puericultora Martín concluye que “aceptar que ese tiempo es necesario para el despliegue de la individualidad del ser en desarrollo, es generar un cambio importante en la crianza de nuestra cultura”.
Las técnicas para dormir al bebé, según pasan los años
Eduard Estivill, médico catalán, es autor del best-seller “Duérmete niño” (1996), donde promueve un método estricto y riguroso para inculcar hábitos de sueño en los chicos. Asegura que “cumplido el primer medio año de vida, a lo sumo 7 meses, un pequeño ha de ser capaz de dormirse solo, en su propio cuarto y a oscuras, y hacerlo de un tirón (unas 11 o 12 horas seguidas)”. Para lograrlo, propone un patrón rígido. Advierte a los padres de los recursos de “manipulación” de los niños para que no los dejen solos. Y postula “lo que no debemos hacer para dormirlo”: cantarle, mecerlo, pasearlo, tocarlo o dejar que nos toque, darle palmaditas, darle una mamadera o amamantarlo o ponerlo en nuestra cama.
Desde la vereda de enfrente, el pediatra español Carlos González, referente de la “nueva crianza”, explica en su libro “Comer, amar, mamar” (2009), que el niño llora “porque no sabe adónde se ha ido su madre. Tardará varios años en comprender que mamá está en la habitación de al lado”. Sostiene que nuestros hijos están “genéticamente preparados para dormir en compañía” y que los genes “nos impulsan a mantenernos despiertos cuando nos sentimos amenazados, y a dormir sólo cuando nos sentimos seguros”. Rechaza la idea de dejar llorar al niño de noche.
www.clarin.com 20/11/12
ÁREA PSICOPEDAGÓGICA OFRECE NUEVOS SERVICIOS:
Información en: coordinacion@areapsicopedagogica.com.ar
Estamos en Facebook como AREA PSICOPEDAGOGICA
Gracias a todos por apoyar nuestra iniciativa y querer ser parte de este emprendimiento!!! Área Psicopedagógica los saluda deseando que este espacio sea de utilidad para todos y que podamos seguir aprendiendo y amando la profesión que hemos elegido!!!
INFORMACIÓN ADICIONAL
Colegios y asociaciones de Psicopedagogos de la Argentina
¿Dónde estudiar Psicopedagogía?
Potenciado por Joomla!
Adaptación realizada por Diseño web Mar del Plata