Coinciden especialistas y funcionarios. Dicen que los resultados no deben ser públicos. Y piden más inversión.

Ya es común escuchar que la educación argentina está en crisis, que los alumnos no logran aprender lo necesario, que los docentes no trabajan en las mejores condiciones. Lo que no es nada común es que durante una mañana entera se reúnan los principales expertos y ministros del área para debatir cómo estamos y qué propuestas concretas se pueden implementar para salir de esta situación. Eso fue lo que sucedió este martes en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), en el marco del ciclo “Democracia y Desarrollo”, organizado por Clarín.

En un auditorio colmado y muy atento a cada detalle del debate, los primeros que hablaron fueron los especialistas. Gustavo Iaies (director del Cepp), Axel Rivas (investigador de Cippec), Juan José Llach (profesor de IAE y ex ministro de Educación) y Alieto Guadagni (de la Academia de Educación) enfocaron sus ponencias en diferentes aspectos de la educación. Y si bien tuvieron alguna que otra discrepancia, todos coincidieron en la necesidad de implementar evaluaciones –del sistema y de los docentes–, así como de invertir más y reformar el sistema educativo desde las mismas escuelas y con el foco en mejorar la profesión docente.

El tema de las evaluaciones fue el que más consenso tuvo. Todos destacaron que es la mejor herramienta que se dispone para diagnosticar cómo estamos y de este modo poder formular las mejores políticas públicas en el área. El avance de las estadísticas y las nuevas tecnologías de procesamiento de datos permiten contar con más y mejor información sobre las escuelas y el sistema. Y hay que aprovecharla.

El ministro de Educación porteño Esteban Bullrich explicó que desde diciembre de 2012, la Ciudad mide la calidad educativa a través del Indice de Equidad y Calidad Educativa Porteño (IECEP). Cada director de escuela puede consultar, vía Internet, el resultado de su escuela y compararlo con el promedio del distrito y la Ciudad. Además, se les asigna nuevas metas para mejorar los indicadores.

Bullrich participó de la segunda mesa, junto a los ministros Walater Grahovac (de Córdoba), María Inés Vollmer (de Mendoza), y la ex ministra de Ecuador Rosa Torres.

Vollmer contó que el Consejo Federal de Educación (el conjunto de los ministros) implementa una evaluación de la escuela media en todo el país, mediante el Índice de Mejora de la Educación Secundaria Argentina (IMESA). El País también participa de evaluaciones internacionales como PISA, que mide el conocimiento en ciencias, matemática y lectura de los alumnos de 15 años.

En el debate surgió el interrogante: ¿debe hacerse pública la información de las escuelas? Los especialistas coincidieron en que no es conveniente. “No creo que sea positiva la competencia”, sentenció Axel Rivas. Juan Llach coincidió: “No hay que usarlas para generar un mercado de la educación.” Los expertos también acordaron en la necesidad de invertir más en educación, y que la Argentina llegue a cumplir la meta del 6% del PBI que establece la Ley de Financiamiento. Una meta que se creía cumplida pero que, con el cambio en la forma en que el INDEC mide el PBI, quedó por debajo: en 5,3% en 2012, similar a otros países de la región, y por debajo de Brasil.

Llach fue tajante: “La inversión es condición necesaria de la calidad educativa. Los países que destinan más recursos se desempeñan mejor.

"Hay que poner más plata”

Iaies centró su exposición en la necesidad de contar con “un nuevo docente para un nuevo sistema educativo, más horizontal, en el que las escuelas tengan más poder y más autonomía.” En la misma línea Rivas habló de la necesidad de darle un “sentido a la escuela”.

Hubo polémica cuando se les preguntó qué debe enseñar la escuela, sobre todo la secundaria. Arrancó Iaies: “el problema es la cantidad de materias, ¿cuántas puede estudiar un chico al mismo tiempo? Rivas no estuvo de acuerdo: “No es cuestión de cantidad de materias, pueden hacerse núcleos temáticos transversales, que se estudien desde las diversas materias”. En cuanto a los malos resultados en lectura, Iaies propuso que los chicos deben dejar tercer grado leyendo y escribiendo. Y Guadagni le apuntó al calendario escolar argentino que, dijo, “está entre los más cortos del mundo y, además, no se cumple.”

www.clarin.com  13/07/14

• Previo
• Siguiente