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Lo acordó el Ministerio de Educación con todas las provincias. Será a partir de 2013, pero algunos distritos podrían aplicarlo a partir de este año. Se da en el marco de una caída en la calidad educativa.

Ya no habrá chicos que repitan primer grado; una norma lo impedirá. Una resolución que se apresta a aprobar en los próximos días el Consejo Federal de Educación (CFE, que reúne a los ministros del área de todos los distritos del país) así lo determina, ya que establece que el primero y el segundo grado de la educación primaria pasarán a formar una unidad pedagógica integrada. De ese modo, recién al finalizar su segundo año de primaria los chicos serán sometidos a evaluaciones que definan su promoción al grado siguiente. La medida, señalaron a Clarín fuentes del Ministerio de Educación de la Nación, forma parte de una revisión integral de las pautas que regulan las trayectorias escolares en la que viene trabajando el CFE desde hace varios meses.

Para acentuar el nuevo carácter unificado de los dos primeros grados de la escuela primaria, las provincias promoverán que los docentes designados en primer grado continúen con el mismo grupo de chicos al año siguiente.

Lo previsto es que las modificaciones tengan vigencia desde 2013. Sin embargo, las provincias que lo consideren apropiado podrán implementarlas desde este año.

Según la iniciativa del CFE, los chicos que habiendo terminado el primer grado no hayan alcanzado los objetivos esperados, deberán contar con “propuestas de acompañamiento específico”, como tutorías, extensión de la jornada escolar y materiales especiales.

Entre los fundamentos de la medida, desde el Ministerio señalan que “los chicos logran aprender a leer y a escribir al final de segundo grado”. Y que se ha demostrado que la repitencia “no sirve para aprender mejor”. Citan además lugares como el Reino Unido e Israel, “donde la unificación de los primeros años de la primaria ha dado buenos resultados”.

La medida, dijeron en Educación, tiene un carácter “inclusivo”.

El objetivo, afirman, es atender aquellos casos en que las trayectorias escolares de los chicos de sectores más necesitados se ven obstaculizadas por ingresos tardíos, abandonos transitorios y permanentes, y múltiples repitencias.

Para defender la iniciativa, dicen desde el Ministerio: “Un universitario tiene la posibilidad de rendir un final varias veces, ¿cuántas oportunidades tiene un niño de seis años de promocionar Lengua y Matemática? Bastantes menos que un estudiante de Ingeniería”.

En la actualidad, primer grado es el que más se repite en la Primaria . En ese nivel hay más de 800 mil alumnos, y alrededor del 9% debe volver a hacerlo. El porcentaje va cayendo con los años y ya en 6° grado la repitencia a nivel nacional baja al 4,2%.

A pedido de Clarín , especialistas en educación analizaron ayer el proyecto oficial. Según Jorge Fasce, experto en Gestión de Políticas Públicas en Educación, la eliminación de la posibilidad de que los alumnos de primer grado repitan no es una buena medida. “Es un tema en el que las disposiciones generales no funcionan. El que un chico deba hacer por segunda vez un grado debería ser decidido por los docentes y directivos de su colegio. Así como el repetir un grado no garantiza mejoras, tampoco lo hace darles a los chicos un año más. Habría que apuntar a la capacitación y la formación de los docentes para que ellos puedan resolver en cada caso con criterios profesionales”, dice Fasce.

Cecilia Oubel, coordinadora del Programa de Apoyo a Escuelas de la Fundación Cimientos, cree que, en general, es una buena iniciativa. Sin embargo, señala que debe ser acompañada de acciones que la completen para que no se termine atentando contra la calidad educativa. “Por sí sola no va a resolver automáticamente todos los problemas”, dice Oubel. Y agrega que, por otro lado, “si tal como se anuncia, se va a aplicar solamente al paso del primer al segundo año escolar, implica que en algún momento se evaluará si el alumno está en condiciones de promover al año siguiente”.

En el mismo sentido, Nancy Montes, investigadora del Area Educación de la Flacso, afirma que pensar nuevas opciones para las trayectorias escolares implementadas hasta ahora constituye un buen enfoque, siempre que vaya además acompañado por otras medidas complementarias.

Por su parte, Axel Rivas, investigador principal del Programa de Educación de Cippec, alerta: “Sería un gran error pensar que esta normativa propone la ‘promoción automática’. Espero que el debate no gire en torno de ese punto, porque si fuese así es probable que se desvirtúe la gran posibilidad de cambio que se está discutiendo y se predisponga mal a los docentes”. Rivas cita casos como el finlandés, donde directamente no existe la noción de repitencia. “En diversos estudios hay una coincidencia abrumadora en este sentido, no es una disputa ideológica; demuestran que los alumnos que repiten no aprenden más”, dice el especialista.

Para Rivas, debe tenerse mucho cuidado en apoyar a las escuelas para que puedan cumplir con este mandato. “En algunas provincias donde esto se hizo previamente sin apoyo suficiente generó mucha confusión”, advierte. Se refiere a que años atrás, pero sin el marco adecuado y en forma aislada, se estableció que los alumnos de primer grado de la provincia de Santa Fe no repitieran, aunque la política no tuvo continuidad.

Un contexto de menor calidad

La decisión de que ya nadie repita primer grado de la escuela primaria se da en un contexto de bajos resultados en los otros niveles de la educación: el secundario y el universitario. Hace pocos días, se conoció que el país ya no tiene universidades entre las mejores diez de Latinoamérica, lugar que hasta el año pasado había ocupado la UBA. La última prueba PISA a alumnos de 15 años también reveló las graves deficiencias de los alumnos.

“No todos tienen la misma maduración y hay que respetar eso”

Dicen que se hace lo posible por que pasen de grado. Pero que a veces es mejor repetir.

Para las maestras de primer grado, enfrentar la repitencia es una cuestión cotidiana dentro del aula. Hace 12 años que Violeta Lucero está al frente de un curso que recibe a los principiantes en el colegio San Fernando de Hurlingham. Dice que desde hace unos años “se trata de evitar que lleguen a esa instancia” y para eso trabajan con la familia, los equipos de asistencia social y psicológica de la escuela y con el resto de los alumnos. “Si después de todo eso no se nota evolución, lo mejor para el chico es que repita” ya que, advierte, “no todos tienen la misma de maduración y hay que respetar eso, los tiempos de cada uno”.

Falta de interés por los temas que les proponen, problemas para manejar los números y dificultades en el habla son algunos de los síntomas que encienden el alerta. “A veces no comprenden los valores para comprar una golosina en el kiosco o no pueden vocalizar su propio apellido”, ejemplifica la docente para quien el paso por el jardín de infantes es clave en la elaboración del diagnóstico. “Se nota mucho la diferencia si fueron o no al preescolar”, afirma. También impactan el ambiente familiar y el tiempo que le dedican en casa a seguir la actividad escolar del chico. “Muchos padres recién se enteran del atraso de sus hijos cuando los llamamos de la escuela”. Reconoce que la primera sensación que reciben es de angustia. “Tratamos de que esa carga no se traslade a los chicos y que el que tenga más tiempo y paciencia dentro del hogar, lo ayude con sus tareas”.

En su curso de la escuela 66 del barrio Noroeste de Bahía Blanca, Beatriz Gómez hoy tiene cuatro alumnos que repitieron. Entre ellos, hay un chico con hiperactividad y otro con dificultades de audición, malestar que demandó casi un año identificar y tratarlo. “Algunos no distinguían los colores o no podían reconocer las vocales dentro de una palabra”, ejemplifica. Su estrategia es que cuando esos síntomas aparecen, “llamo a los padres y les advierto lo más pronto posible que la repitencia es una de las posibilidades”. Por experiencia, asegura que muchos chicos “hacen un clic” entre julio y agosto, pero si eso no ocurre, ya será muy díficil revertir el cuadro. “En esos casos, les planteamos a los papás que no lo vean como un castigo, como era antes, sino como un favor para el chico, ya que su tiempo de aprendizaje no es igual al del resto de sus compañeros”.

Con cursos de más de 30 alumnos, es difícil encarar soluciones individuales, como le ocurre a Violeta. “Buscamos integrarlos como uno más del grupo y que encuentren su lugar para desarrollarse”. En la periferia bahiense, Beatriz experimenta con un proyecto pedagógico dedicado a cada chico con dificultades. “Ha dado buenos resultados y ayuda a nivelar a los que entran a la escuela con 5 años y meses con los que están cerca de cumplir 7, ya que un año de diferencia a esa edad es mucho”. Según su experiencia, “muchos no saben por qué repiten y están chochos porque se siguen viendo con sus compañeros y conocen a otros nuevos”. Advierte que el problema es más grave en los años más avanzados del ciclo escolar “cuando ven que sus compañeros pasan y ellos no. Ahí sí sufren”.

Las dificultades de un mundo nuevo

POR ADRIANA GLADSZTEIN PSICOANALISTA ESPECIALISTA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

El paso del jardín a la escuela primaria es complejo. Aparecen pautas más rígidas, objetos novedosos (cuaderno, cartuchera), reglas nuevas que cumplir. En muchos casos, los niños no pueden llegar a incorporar esos estímulos. Es decir, no a todos los chicos esa experiencia les resulta de igual modo. Hay niños que no presentan mayores dificultades, pero hay otros que requieren un trato mas personalizado. Para eso se necesita que desde los gabinetes psicopedagógicos se trabaje fuertemente en acompañar al alumno en el proceso y no tomar sólo como pauta de “evolución” si lee o escribe de acuerdo a lo esperable. Es importante si va superando pequeños obstáculos en la adquisición de nuevos contenidos.

Dejar afuera de su grupo de compañeros a un alumno sólo por no cumplir esos objetivos, muchas veces significa acrecentar su sufrimiento y su sensación de “no poder”. Por eso, la apuesta de muchas escuelas hoy suele ser la de integrar a todos, aunque una parte de ellos no pueda cumplir con los resultados que se “esperan” en ese primer gran desafío escolar.

www.clarin.com 26/06/12