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Lejos de ser un llamado sobrenatural y unívoco, la vocación profesional es el resultado de una decisión racional y consciente. Pocos son los iluminados que cuentan con la certeza de saberse destinados a una determinada carrera. Para la mayoría de los mortales, en cambio, la elección de un proyecto profesional universitario es un proceso largo y complejo en el que se evalúan distintas variables. La cuestión, claro, será determinar qué criterios se deben tener en cuenta a la hora de realizar este proceso de decisión. Y cuáles de esos criterios serán los que definan la elección última.

Sumergidos en un entorno económico incierto y con una oferta académica que se multiplica , los estudiantes deben enfrentarse a un proceso complejo en el que muchas veces la información resulta difícil de comprender y utilizar.

Premisas antes de iniciar la búsqueda

En principio, se debe tener claro que la definición de una carrera no responde a un llamado sobrenatural, sino que es fruto de un proceso racional y consciente. "Muchos jóvenes buscan que la respuesta vocacional sea el resultado de un sentimiento espontáneo . Y esto no tan así", señala Virginia Tarsitano, orientadora del Instituto de Orientación Profesional de la Universidad del Museo Social Argentino. "Hoy hablamos más de elegir, lo cual implica una búsqueda organizada y racional, que de vocación como un llamado natural y predeterminado del espíritu . De esta manera, la elección de la carrera se construye y hasta se hace cada año que se cursa, es decir, se renueva, se resignifica", sostiene Fernando Gasalla del Departamento de Orientación Vocacional de la Universidad Nacional de General Sarmiento  .
En segundo lugar, es importante considerar que la orientación vocacional no es la respuesta final a todas las preguntas e inquietudes. Según Viviana Pasquale, especialista del Gabinete Psicopedagógico de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional , “la orientación vocacional no es un arte adivinatorio ”. Gasalla agrega que “no hay test que pueda dar una respuesta rápida (...) Es importante contar con apoyo y, si es necesario, con asesoramiento, pero no se trata de buscar las respuestas fuera de uno mismo ”.

Autoconocimiento como variable de elección

El conocimiento propio es una variable fundamental que debe considerarse antes de sumergirse en el universo de las carreras universitarias, de manera tal de contar ya con una guía a modo de premisa y no perderse en los laberintos de una oferta académica que multiplica continuamente. “El autoconocimiento es fundamental , esto, preguntarse qué me gusta hacer, qué no me gusta, dónde me gustaría trabajar, cuáles son mis habilidades, intereses, fortalezas, así como mis debilidades, y fundamentalmente, cuál es mi proyecto de vida . El proyectarse es absolutamente necesario para vencer los inconvenientes que se presenten durante los estudios", aconseja Pasquale.

"En general, uno reconoce habilidades o cualidades que posee, lo que permite circunscribir la elección de lo general a un campo de profesiones bastante definido hasta jerarquizar opciones", apunta Gasalla. La especialista de la UMSA propone discriminar los temas subjetivos y de los objetivos en el conocimiento propio orientado a elegir una carrera. "Es medible la aptitud o la habilidad que tengo para realizar tal o cual actividad (...). Otra categoría objetiva es la cantidad de interés que poseemos por distintas áreas". Por último, Tarsitano, aconseja meditar acerca de lo que se desea en la intimidad como parte de la reflexión y el conocimiento subjetivo.

Ya orientado sobre sus propios intereses, habilidades y competencias, el estudiante puede comenzar a navegar por el mundo de las carreras universitarias con una brújula que le indicará el camino sin perder el Norte. “Una primera aproximación la da la guía de carreras”, comenta Gasalla. “Resulta muy valioso pisar los lugares y conocer las instituciones en concreto , nada mejor para poder elegir que la experiencia directa y el analizar las impresiones que surgen”, continúa. Pasquale advierte sobre el riesgo de la desinformación que puede generar “verdaderos prejuicios ”.

La inserción laboral y el futuro económico

Considerando el incierto entorno económico de nuestro país, la cuestión sobre la inserción laboral y las oportunidades que brinda la carrera elegida no es un asunto menor. “Quien tiene que decidir debe asumir con criterio de realidad cuál es el campo profesional en el que tiene más chances de progresar”, afirma Tarsitano. El especialista de la UNGS sostiene que “es importante definir qué le gustaría a uno o en qué se sentiría más cómodo y capaz , pero también definir carreras que en un nivel práctico permitan incluirse en el mercado y, entonces, poder generar los propios recursos económicos. Es decir, tener ambiciones pero con los pies en el suelo”.

Ahora bien, quienes se sienten profundamente inclinados por carreras que no son económicamente "cotizadas", pueden caer en la tentación de desanimarse frente a su futuro laboral. Desde la Universidad Católica Argentina , Roberto Aras advierte que “sucede que no todas las vocaciones tienen idéntica resonancia social , es decir, el prestigio que poseen dentro de la comunidad puede oscilar desde el exitismo que acompaña a quienes trabajarán en el mundo empresario, de las comunicaciones o de la tecnología de punta, hasta la resignación de los que se sienten llamados a desarrollar las humanidades o las artes".

Sin embargo, según su criterio ese razonamiento está errado debido a que "hoy el éxito o el fracaso en una profesión está más ligado a la preparación personal , a la voluntad de trabajo y a la creatividad en circunstancias cambiantes, que al molde que les impone la sociedad". En última instancia, Aras hace un llamado a la fidelidad a uno mismo en la vocación declarando que "es el mejor comienzo para triunfar de veras".

Fracaso cero

Por último, se trata de quitarle dramatismo al asunto y de ver el supuesto fracaso como una puerta que abre nuevos horizontes. Gasalla afirma que " no hay test que pueda dar una respuesta rápida , no hay consejo que sirva como palabra mágica y, además, nadie se ha muerto por tener que elegir una carrera, aunque esto sea importante y se enmarque como proyecto de vida a mediano plazo: no sirve el dramatismo".

Realizar una elección racional y consciente no implica, necesariamente, una garantía. Permanecer o modificar la decisión no debe evaluarse en términos de éxito o fracaso. Tarsitano apunta que “en la orientación vocacional aprendimos que no fracasa en su decisión aquel que puede llegar a cambiar de opinión ; sino el que se inscribe en una carrera sin elegir o madurar alguna idea que le permita asumirse como protagonista de su propia vida”. Y Gasalla, por último, agrega que “la decisión o elección de carrera no es un compromiso para siempre o del que no haya retorno ”.

www.clarin.com 27/10/05