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La autora, coordinadora de actividades en la Feria del Libro, habla del espacio ganado por bloggers, booktubers y bookstagrammers; "los jóvenes marcaron un cambio"

 Si hay una persona fácil de identificar por los pasillos y stands de la Feria del Libro infantil y juvenil, es Cristina Alemany. Es una de las pocas personas que en todo momento están rodeadas de adolescentes que comparten su pasión por autores y libros. Es, para muchos, una especie de guía o hada madrina que acompaña y escucha a bloggers, booktubers ybookstagrammers. Son los #BBB.

"Estos jóvenes marcaron un cambio. Leen distinto, se comunican de otra manera. Son lectores que aman los libros en papel y que en Internet buscan, comparten y deciden sus lecturas", explica Alemany, coordinadora de actividades juveniles en la Feria del Libro, especialista en literatura YA (Young Adults) y editora de #numeral. "Son cada vez más protagonistas en ferias abiertas al público, como las de Guadalajara, Bogotá y Buenos Aires. Copan ferias profesionales como la BEA (Nueva York/Chicago) y Fráncfort, con días destinados especialmente a ellos. Estamos ante un fenómeno que merece toda nuestra atención."
Organizada por la Fundación El Libro, esta nueva edición de la Feria del Libro contempla numerosas actividades pensadas para el público joven en la sección Lectores Activos, coordinada por esta licenciada en Letras de la Universidad del Salvador.

Se habló sobre el crecimiento de la literatura YA. ¿Qué camino falta recorrer y qué prejuicio debe sepultarse de una vez por todas?

-Como escribió Antonio Machado, "se hace camino al andar". Cada vez más los medios, los bibliotecarios, los padres, los adultos en general van reconociendo este fenómeno y no lo ven como una moda. Lo que falta es un cambio desde la educación, para incorporar en el plan de estudios algunas de estas lecturas que pueden incentivar a esos chicos que aún no leen porque no les llegó la historia indicada. Falta incorporar títulos junto a los clásicos y apoyar a los chicos en lugar de criticar sus preferencias. Tenemos que crear los lectores del futuro, y para eso es necesario el respeto. Como editora [trabajó en Planeta, Norma y fue directora editorial de V&R] empecé encargando libros de no ficción para chicas. Luego pasé a editar novelas, una especie de chick lit para chicas adolescentes. Ellas comenzaron a escribirme contándome sus problemas. La mayoría decía que leía por primera vez un libro porque se sentía identificada con los temas. En 2005 comencé a publicar mis propios libros.

-¿Qué te llamó la atención de este universo?

-El diálogo con las chicas, tomar contacto con sus problemas, descubrir cómo canalizaban sus vidas a través de la lectura. Mi primer gran desafío: editar Maze Runner, de James Dashner. Enseguida empezaron a contactarme bloggers. No sabía quiénes eran ni qué hacían, pero comencé a seguirlos y a escucharlos.

-¿Qué fue lo primero que pensaste acerca de esta comunidad?

-Que me hubiera gustado tener estas herramientas cuando era adolescente. Un blog para escribir, poder socializar de esta manera, recomendarles libros a otros chicos. Me encanta la conexión global que tienen entre ellos, autores y editores. Lo que saben y conocen. El entusiasmo que comparten. Leen como entretenimiento. Son fieles a sus pasiones.

-¿Qué cambió la relación entre la literatura y las redes sociales?

-Los chicos leen en comunidad, y la comunidad es de pares. Confían en ellos mismos para recomendarse libros o autores. No siguen la crítica profesional ni las opiniones especializadas. Es una comunidad de lectores globalizada que da una opinión subjetiva y emotiva sobre un libro. La valorización de un libro o de un tema se mantiene viva.

-¿Qué te interesa de los booktubers?

-Son como "lectoactores" o "lectoactrices". Interpretan el libro, manejan palabras, gestos, imágenes, sonidos. Hacen que una novela sea un hecho cotidiano en una pantalla.

-¿Y los bookstagrammers?

-Irrumpieron con fuerza arrolladora en Instagram. Hay que ver cómo evolucionan. En estas nuevas formas de leer y socializar a través de la lectura, la imagen o la interpretación plástica del contenido del texto, o del significado del mensaje, son muy importantes. En el bookstagrammer hay un impacto visual y semiótico enorme. Y lo más importante: todo se puede hacer desde un teléfono.

-A comienzos de este mes apareció #numeral, una nueva editorial, de la que sos responsable. ¿En qué se diferencia del resto?

Hay algo que no falla, y es elegir una buena historia. A veces es una propuesta original o una novela que tiene un giro inesperado. Otras, se trata de cómo está narrada, los recursos estilísticos de un autor que te atrapa con el cómo y no con el qué. #numeral nace, ya desde el nombre, como un guiño a los jóvenes. Queremos estar muy cerca de ellos. El sello es amplio: no tenemos temas tabú ni géneros preferidos, ni queremos encasillarnos como una editorial juvenil. Sí queremos ser una editorial responsable y abierta con una premisa especial: la calidad de edición y diseño más allá de las buenas historias.

Lectores activos en el CCK

Se presenta Between Books, el club de lectura online de Calu Dente, Evelyn Torres y Camila Bavaro. Los libros elegidos son El chico de las estrellas, de Chris Pueyo, y Éramos mentirosos, de E. Lockhart. Mañana, a las 16.

FanCon organiza juegos de preguntas y respuestas para premiar a los que más saben sobre la saga Harry Potter. Mañana, a las 18.

Bloggers, booktubers y bookstagrammers hablarán sobre el panorama de la literatura actual y las redes. Participan Calu Dente, Facundo Tedesco y Maxi Pizzicotti, entre otros. Martes, a las 16.

Ana Manson (PopCon), Lucas Baíni (La Cosa), Juan Santiago (Libria Store) y las booktubers Sofi Lima, Anto Romano y Naty Bustamante debaten sobre el cómic y la pantalla. Martes, a las 18.

Fabiana Scherer

www.lanacion.com.ar 18/07/16