El Colegio María de Guadalupe funciona en el barrio Las Tunas, en General Pacheco, Tigre. Sus alumnos vienen de hogares pobres. Con apoyo del Estado, de los padrinos y de fundaciones privadas, la escuela apuesta por una educación de calidad que les ofrezca a los chicos los aprendizajes y la contención que necesitan para quebrar la exclusión social.

En un marco de viviendas precarias, falta de servicios básicos e inestabilidad laboral, la escuela María de Guadalupe se presenta como una promesa de futuro mejor para los chicos que viven en el barrio Las Tunas, en General Pacheco, en el partido de Tigre. Es un colegio privado con subvención estatal que apuesta a una educación personalizada y de alta calidad para niños que se encuentran en situación de pobreza.
El colegio se funda sobre dos pilares: jornada completa y capacitación docente permanente. “La jornada completa de ocho horas permite profundizar la enseñanza en las diferentes áreas académicas, brindar tutorías, dar apoyo en las asignaturas y organizar actividades de estimulación”, afirma María Paz Mendizábal, directora del colegio. La doble escolaridad también tiene una función de contención: “Por diversas razones, hay muchos niños que cuando no están en la escuela están en la calle o en sus casas, solos”, dice.
Las aulas del Colegio María de Guadalupe tienen un máximo de 25 alumnos. Los docentes son capacitados una vez por semana por cinco especialistas en educación. Además, el colegio tiene acuerdos de capacitación tecnológica con la  Universidad de San Andrés y la Escuela ORT.
“María de Guadalupe ofrece una calidad educativa que muy pocos colegios tienen y la cuota es casi simbólica: 200 pesos mensuales”, sostiene Mendizábal y explica los números: “La educación y alimentación de cada alumno tiene un costo de 1.600 pesos mensuales. La Provincia pone $900, la persona o empresa que apadrina al alumno aporta $500, y los padres, $200. Los chicos reciben una educación de jornada completa, con docentes capacitados permanentemente y un servicio de comida que incluye desayuno, almuerzo y merienda”.

Un esfuerzo conjunto

La idea de construir este colegio surgió en el Centro de Apoyo Familiar Santa Clotilde, en Las Tunas, donde funciona un jardín de infantes y se brinda apoyo escolar a más de 400 chicos y jóvenes. “Comprobamos que más del 50% de los alumnos estaban en un nivel inferior al que correspondía a su año escolar. Entonces, frente al empobrecimiento de la educación pública de la zona, nos propusimos construir una escuela primaria y secundaria que desarrolle el potencial de los chicos y les permita elaborar un proyecto profesional y de vida adecuado a sus necesidades y fortalezas”, enfatiza Mendizábal.
Así, en  2011 se creó la Fundación Grupo Educativo María de Guadalupe y, en marzo del año siguiente, el colegio inició sus actividades de jornada completa, con una subvención estatal del 100% de los cargos docentes y directivos. Pero igual hizo falta más dinero. “La subvención de Provincia cubría un 65% del presupuesto, el 35% restante y la construcción del edificio se hizo con un fuerte proyecto de desarrollo de fondos, que logró que muchas personas y empresas se sumaran a la causa”, explica la directora del Colegio María Guadalupe. Uno de los padrinos fundadores del colegio fue el empresario Federico Ribero, amigo de Tinelli y fallecido este año. Hoy su esposa, Andrea Bursten, continúa su labor. En la cena solidaria realizada unos días atrás se recaudó más de 600 mil pesos.
El colegio tiene 192 alumnos, distribuidos en dos divisiones de 1°, 2°, 3° y 4° grado de primaria. “El próximo año vamos a recibir a 48 chicos más. Nuestro sueño es completar el nivel primario y construir un colegio secundario con orientación tecnológica para el 2016”, confiesa María Paz. Pero para lograrlo necesitan más apoyo solidario. Hay varias formas de brindarlo:
- Apadrinar un chico. Este año la suma es de 500 pesos mensuales. Pero también se puede aportar una  parte. Se hace con débito automático en tarjetas de crédito Visa, American Express y Mastercard. También, en tarjetas de débito.
- Colaborar en la construcción del colegio. Falta construir aulas y un comedor.
- Aportar fondos para el programa de capacitación docente permanente.
La fundación que administra el colegio está abierta a otras formas de colaboración. Por ejemplo, la Fundación Telefónica se acercó al colegio por pedido de uno de los miembros de su programa de voluntariado. “La escuela María de Guadalupe es un proyecto educativo muy bien organizado, sustentable y con alta capacidad profesional. Por eso, les brindamos capacitación en nuevas tecnologías, adecuamos la biblioteca, contribuimos en la parquización y el armado de la huerta y vamos a seguir contribuyendo en el año próximo”, cuenta Agustina Catone, directora de la Fundación Telefónica en la Argentina.

Cómo contactarse con la escuela

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Natascha Hinsch: Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
Web: www.mariaguadalupe.org.ar
Facebook: www.facebook.com/colegiomariaguadalupe

www.clarin.com 08/01/14