Asesoramiento y acompañamiento en la crianza y educación de los hijos.

Se brinda asesoramiento a los padres basadas en la crianza con apego y en la disciplina positiva.

Se asesora sobre los primeros aprendizajes otorgando una serie de pautas e informaciones respecto a los aspectos evolutivos, madurativos, sociales y espirituales que favorezcan el vínculo familiar y el desarrollo integral de los hijos.

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Abordaje psicopedagógico integral del niño y su familia.

Se acompaña al niño desde el sufrimiento por sus dificultades de aprendizaje y se aborda la situación desde un enfoque holístico que tiene en cuenta su ser, su sentir y su hacer. Se trabaja desde el afecto y el vínculo con la familia y su vivencia en su trayectoria escolar.

La metodología de trabajo consiste en entrevistas con el niño, la familia y el niño junto a su familia.

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Asesoramiento,formación e información sobre pedagogías alternativas.

Se brinda asesoramiento, información y formación  acerca de las pedagogías alternativas.

Se brinda orientación y acompañamiento respecto a actividades que respeten el interés y el propio ritmo de aprendizaje de los niños basadas en las distintas propuestas que ofrecen las pedagogías alternativas.

El asesoramiento se brinda a familias y/o a grupos o instituciones...

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Tenemos la gran oportunidad de cambiar la educación criando niños felices aprendiendo con alegría, entusiasmo y amor.

Todas las personas evaluamos cotidianamente, emitimos juicios de valor respecto de diferentes cosas. Pero esta valoración no siempre nos induce a realizar alguna acción, ni nos preocupamos por reunir información precisa y rigurosa para emitir y fundamentar esos juicios. En el caso de la educación la evaluación es también emitir un juicio de valor, pero una valoración que necesariamente debe llevar a la acción, es decir, juzgar la valía de algo como un medio para la toma de decisiones fundadas. Cuando evaluamos en la escuela, entonces, tratamos de emitir juicios con la finalidad mejorar los procesos de enseñanza y de aprendizaje y que nos permitan orientar las acciones que posteriormente llevaremos adelante. Estas decisiones no pueden ni deber ser arbitrarias, se necesita contar con buena y suficiente
información de manera de emitir juicios justos y éticos.

Por otra parte, la evaluación nunca tiene una finalidad en sí misma. Los docentes y en las instituciones en general, implementamos procesos de evaluación porque tenemos propósitos específicos y, de acuerdo con ellos, determinamos qué y cómo evaluar. La modalidad de la evaluación que se adopta responde, entonces, a esos propósitos, ya sea para decidir si un alumno aprobó un módulo, si necesita ayuda adicional para abordar algún tema, si está en condiciones de promover un ciclo, entre otros. Pero la evaluación de los aprendizajes permite, a su vez, que como
docente podamos analizar si nuestro proceso de enseñanza es adecuado, si los materiales que le proveemos a los alumnos son suficientes, si para el próximo período necesitaremos adaptar nuestra planificación, e incluso la propia metodología que utilizamos para la evaluación.

La evaluación tampoco es neutra. Todo programa de evaluación responde a una determinada concepción de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, que puede ser implícita o explícita. Concepción que se manifiesta en todas las decisiones que tomamos desde el inicio sobre aspectos tan importantes como: ¿Qué evaluamos?¿Cómo evaluamos? ¿Para qué evaluamos? ¿Cuáles son los criterios que adoptaremos para determinar la aprobación de un módulo, ciclo, etc.?, ¿Cómo le
daremos a conocer a los estudiantes los resultados de la evaluación?, son estas decisiones las que nos orientan luego para la instrumentación de procedimientos y técnicas específicas.

Como vemos, la evaluación cumple funciones muy importantes en la educación, sin embargo, a pesar de ello, no siempre nos detenemos a reflexionar sobre su utilidad o se la llevamos a la práctica de modo inadecuado minimizando, de este modo, los alcances de la información que se recoge para mejorar la calidad de la educación. Preguntas como las siguientes nos pueden orientar en esta reflexión y ayudar a diseñar programas de evaluación más útiles y significativos tanto para nosotros como docentes cuanto para los estudiantes. ¿Cuál es el propósito de la evaluación
de los aprendizajes en la educación de adultos? ¿Cómo se puede apoyar el aprendizaje mediante la evaluación? ¿Qué estrategias y técnicas de evaluación son recomendables en este contexto?
La evaluación es un procedimiento común en todas las modalidades de educación, pero en el caso de los estudiantes adultos son especialmente significativos. Las investigaciones sobre las características del aprendizaje en sujetos adultos han enfatizado la relación entre los logros que obtienen y el grado de confianza que tienen en sí mismos. Esta relación está mediatizada por la forma en que perciben su capacidad para el aprendizaje, la cual frecuentemente está asociada con
sentimientos de culpa, desconfianza, temor, y que son el producto, a veces, de fracasos anteriores.

Si adoptamos como premisa que la evaluación del aprendizaje condiciona en gran parte los resultados de la educación tendríamos que procurar, entonces, ajustar este proceso a las características de nuestros estudiantes, considerando, entre otros elementos: - La heterogeneidad de los grupos de alumnos, en la cual no todos llevan el mismo ritmo de aprendizaje. Unos tienen cierta familiaridad con las tareas que se le proponen y avanzan rápido, otros, que probablemente hayan permanecido mucho tiempo fuera de la educación formal necesitarán más tiempo. La falta de flexibilidad en cuanto al tiempo ocasiona frustración en muchos estudiantes que no alcanzan a
completar las tareas.

- La evaluación de los aprendizajes suele ser considerada como una forma de valorar conocimientos, habilidades y destrezas que en el futuro serán requeridas. Sin embargo la evaluación tiene o debería tener una finalidad formativa y servir como un facilitador del aprendizaje. Se trata de decirle a un alumno no sólo su calificación, sino también lo que podría hacer para mejorar.

- La evaluación para cumplir con su finalidad formativa requiere la implementación de instancias de evaluación continua, pero también de cortes transversales en ciertos momentos cruciales del proceso. El problema está en determinar cuál es el número óptimo de momentos de evaluación.

- Si acordamos que la evaluación tiene implicaciones en el aprendizaje del alumno resulta importante que ellos puedan participar activamente. Los jóvenes y adultos deben tener la oportunidad de dirigir y evaluar su propio aprendizaje, en función de metas coherentes con sus aspiraciones.

- La evaluación no se circunscribe a comprobar si los alumnos poseen o no conocimientos sobre un tema particular. Las estrategias que utilizan, lo que pueden hacer con esa información, las actitudes que manifiestan hacia el conocimiento, entre otros, son aspectos que deben estar presentes en las tareas que se plantean.

- En la medida en que no es posible evaluarlo todo, el diseño de un programa de evaluación implica un proceso de selección de los contenidos a ser evaluados. Es preferible que cada evaluación contenga un número reducido de cuestiones, pero evaluadas en profundidad, explorando conceptos y principios fundamentales, relaciones, aplicaciones y ejemplos. Es decir, favorecer la calidad de la evaluación por sobre la cantidad.

En síntesis, para que la evaluación cumpla una función pedagógica tendríamos que considerar:

· que el sistema de calificación que utilizamos nos brinde información cualitativa y cuantitativa sobre el desempeño de los estudiantes;

· que el alumno reciba información oportuna sobre su rendimiento;

· que las tareas que planteamos sean auténticas, vinculadas con situaciones y problemas reales, lo cual implica tener siempre presente para qué va a utilizar el estudiante los conocimientos que adquiere en el proceso de formación.

· que la evaluación sea integral y continuada y acorde con todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje.

· que se oriente a identificar las fortalezas y debilidades de los alumnos más que a calificar desempeños.

· que las actividades de evaluación sean lo suficientemente variadas y consideren distintos estilos cognitivos y las características personales de los estudiantes.

Fuente: www.abc.gov.ar

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  • Asesoramiento, formación e información sobre pedagogías alternativas
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Información en: coordinacion@areapsicopedagogica.com.ar

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Gracias a todos por apoyar nuestra iniciativa y querer ser parte de este emprendimiento!!! Área Psicopedagógica los saluda deseando que este espacio sea de utilidad para todos y que podamos seguir aprendiendo y amando la profesión que hemos elegido!!!

  

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