Entre carcajadas, Joaquín jugaba con sus hermanas Steffi y Celeste. Sentado en un enorme cono de plástico rojo, les tiraba pelotitas de colores. No había diferencias, sólo importaba una cosa: jugar y divertirse.

De eso se trata: de jugar. Joaquín tiene siete años y sufre de toxoplasmosis congénita y microcefalia. El y su familia jugaban en Lekotek, una organización que trabaja para integrar a través del juego a los chicos con necesidades especiales y en riesgo social tanto a su familia como a la comunidad.

Jugar es la manera más natural de establecer vínculos, descubrir y desarrollar capacidades, transmitir valores y socializarse. "Para nosotros el juego es esencial, es la forma esperable de que un chico ingrese a la sociedad, a la cultura. El juego es promotor de identidad", explicó el director ejecutivo, Damián Calvo.

Para él, el concepto de juego está bastardeado, tan vinculado con el consumo que perdió su función. "Nos importa recuperar el pasado, la identidad lúdica que genera lazos y acerca a los adultos", agregó Calvo.

"No nos fijamos metas terapéuticas ni didácticas. Apostamos al juego espontáneo", contó la coordinadora del Programa Familias de Lekotek, Gabriela Oller. Los chicos tienen sus espacios terapéuticos y didácticos por fuera de la asociación. "Propiciamos el disfrute, la comunicación con las familias. Muchas veces, la finalidad terapéutica y concentrarse tanto en los resultados hacen que se pierda", agregó Oller.

El juego permite que la familia vea al chico desde otro lugar: no desde la discapacidad sino desde un rol activo, en el que pueden fantasear.

"En los chicos con necesidades especiales el aspecto espontáneo y placentero del juego está relegado por la patología -afirmó Calvo-. Nosotros nos proponemos recuperar el orden lógico: sin perder de vista la discapacidad, vemos que el chico es una persona con derechos, necesidades y capacidades por desarrollar."

Cada chico elige. En Lekotek hay fichados 2600 juguetes. Hay juegos de mesa, muñecos, arrastres, matas, inflables, instrumentos musicales, elementos para dibujar. En la enorme juegoteca hay muchos voluntarios y chicos especiales ayudan a mantener en forma los juguetes. En sus 11 años de vida, Lekotek atendió a más de 9000 niños y capacitó a más de 800 profesionales. A mediados del mes próximo se mudará a una sede más grande, en el barrio de Constitución.

Encuentros interfamiliares

El Programa Familias fue tan exitoso que ya apostaron a los encuentros interfamiliares. Estos grupos funcionan como verdaderos "laboratorios". "Nos da la información del trabajo directo con los chicos. Eso vale oro", reconoció Calvo.

Jugar por jugar. Ese es el objetivo. Padres e hijos se ven de otra manera cuando se permiten sorprenderse y pueden comunicarse de otra forma. Después de los encuentros, Lekotek presta juguetes para que divertirse sea algo así como una "tarea para el hogar".

Además de los encuentros familiares, de los que participan más de 60 familias, Lekotek ya inauguró 74 juegotecas en todo el país para chicos de 3 a 14 años en situación de riesgo social.

"En estas comunidades hay una ausencia de proyecto, por eso instalamos la idea de recuperar el juego de los chicos y en realidad estamos recuperando a los adultos", contó Calvo.

Como Lekotek capacita a líderes de comunidades marginales, comenzaron a desarrollar experiencias piloto de microemprendimientos asociados a las juegotecas. "Creemos en la posibilidad de cambio a nivel estructural, pero tiene que ver con generar alianzas estratégicas", dijo el director ejecutivo.

Como realizan donaciones a otras instituciones, siempre necesitan juguetes, donantes, voluntarios para realizar tareas administrativas y colaborar con la mudanza. Su teléfono es 4772-1246 y su página web es www.lekotek.org.ar

"El juego permite imaginarnos desde otro lugar, implica un enriquecimiento simbólico y la capacidad de vernos mejor", aseguró Calvo. Y, después de todo, nadie debería perder esa posibilidad de soñar con un futuro mejor.

Orígenes suecos

• Lekotek nació en Suecia en 1963 por iniciativa de un grupo de madres que advirtieron la importancia del juego en chicos con parálisis cerebral, trastornos de conducta, problemas de aprendizaje y en situación de riesgo social. A través de una metodología de trabajo, el proyecto se multiplicó en países nórdicos, luego pasó a los Estados Unidos, a Brasil, y en 1990 se estableció la sede en la Argentina. Hoy existen en todo el país 74 juegotecas para chicos de 3 a 14 años. Actualmente, el Programa Familias atiende a más de 60 familias y participan más de 20 voluntarios.

www.lanacion.com.ar 09/02/04

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