Ultreya es una ONG de jóvenes que superaron un ACV, un cáncer o un traumatismo; acompaña a otros desde la experiencia personal

"Somos personas que teníamos una vida normal y de repente todo cambió", confiesa Analía Crivello, rodeada por un grupo de jóvenes que, como ella, tienen alguna discapacidad por daño cerebral adquirido. "Estudié y ejercí como periodista. En 2003 tuve un accidente de tránsito cuando salía de trabajar. Tenía 23 años, toda la vida por delante. Después del accidente estuve un mes en coma y varios meses en hospitales y clínicas de rehabilitación. No podía hablar, ni comer, tenía sonda y una traqueotomía. Tuve que aprender todo de nuevo."

Gracias a su fuerza de voluntad y al apoyo de familiares y amigos, Analía logró numerosos avances. Las secuelas del accidente le provocaron una hemiparesia derecha (disminución del movimiento) y afasia de expresión (trastorno del lenguaje). "Hoy, a mis 35 años, hay cosas que no puedo hacer y que todavía me duelen. Durante mucho tiempo estuve muy enojada con lo que me tocó vivir pero ahora entiendo cuál es mi realidad y tengo ganas de ayudar a otras personas que están atravesando lo mismo que yo pasé. Me hace bien compartir mi experiencia con otra gente que lo necesita", asegura con una amplia sonrisa.

Accidentes de tránsito, tumores cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares (ACV). Las causas que los llevaron a sufrir un daño cerebral son diferentes pero todos ellos coinciden en algo que los une: no nacieron con esta discapacidad, tampoco imaginaron que les podía pasar a ellos. Sin embargo aprendieron a vivir con esta dificultad y se adaptaron a la nueva realidad, asumiendo con paciencia un gran desafío: volver a empezar, barajar y dar de nuevo.

Pusieron mucho esfuerzo-y lo siguen haciendo- para salir adelante y recuperar habilidades perdidas como el lenguaje, la motricidad, la memoria o la coordinación. En este camino, descubrieron que ayudar a otras personas en situaciones similares, los hace felices y les da sentido a sus vidas. Por eso, hace seis años y con la colaboración de Adeei (Asociación para el Desarrollo de la Educación Especial y la Integración), decidieron crear una organización social a la que llamaron Ultreya, palabra que significa: avanzar con coraje.

Ese es el espíritu de este grupo humano que promueve valores como la esperanza, la empatía, la resiliencia y sobre todo: la perseverancia. Su objetivo es brindar herramientas y contención a personas con discapacidad por daño cerebral adquirido y a su grupo de sostén para que alcancen una mejor calidad de vida. En este sentido ofrecen charlas a personas con su misma condición y también talleres para familiares, amigos y profesionales de la salud que acompañan en este proceso. Además realizan charlas de prevención de accidentes de tránsito en escuelas para concientizar a los jóvenes.

"Encontrar la empatía del otro es fundamental. Se genera mucho alivio al escuchar a alguien que sabe y entiende de lo que estás hablando", dice Guadalupe Díaz Usandivaras, terapista ocupacional y coordinadora voluntaria de Ultreya. "Porque hay cosas que nadie les dice y, si uno las comunica de entrada, son más fáciles de superar. En las charlas se plantean distintos temas como por ejemplo: ¿qué pasa el día después de la rehabilitación? o ¿cómo ayudar desde la aceptación?"

Los integrantes de Ultreya buscan orientar y compartir sus consejos sobre los pasos que fueron dando, ya sea para reinsertarse laboralmente, desarrollar un hobby o relacionarse con sus seres queridos. Su deseo es acortar la distancia de quienes viven momentos similares, brindándoles información acerca de las oportunidades de inclusión luego del período de rehabilitación y las diferentes etapas emocionales por las que puede atravesar una persona con daño cerebral adquirido.

Tal es el caso de Lucas Castro que a sus 24 años sufrió un ACV. "Al despertar me encontré con otra realidad, tenía una hemiplejia izquierda, no podía mover ni el brazo ni la pierna. ¿Por qué a mí?, ¿para qué?, son las preguntas que me hice desde entonces. Por eso que decidí unirme a Ultreya y transformar esa energía en algo más positivo como ayudar a otros que transitan por el mismo camino que yo ya realicé", expresa.

Esta misma satisfacción es la que siente Francisco Saravia, que debido a un accidente de tránsito padeció una lesión cerebral que dificulta su comunicación. "Las consecuencias del choque fueron un quilombo, me desperté y no tenía la más mínima idea de quién era. Agradezco el accidente porque antes era un gil, mi ego era tremendo", se ríe. "Gracias a esto pude ver la vida posta, de verdad, y aprendí a recibir ayuda y a dar ayuda. Nosotros somos iguales a todos, solamente que tenemos historias de vida diferentes y obstáculos más grandes", concluye.

Ultreya necesita una laptop, un proyector para utilizar en las charlas, servicios de imprenta y la ayuda de un voluntario para realizar videos institucionales. Quienes quieran colaborar pueden comunicarse a Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla. . Para más información: www.grupoultreya.com.ar

Teresa Zolezzi

www.lanacion.com.ar  23/11/15

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