Garantizar que en casa haya un espacio para estudiar, ayudarlos a organizar sus horarios, estimularlos en la lectura y avalar la palabra del docente son algunos de los desafíos para los padres.

Con el primer timbre, que en muchas escuelas sonará en estos días, comienza una nueva rutina no solo para los chicos. Los padres también empiezan las clases: hay que levantarse temprano, volver a coordinar los ritmos de cada miembro de la familia, ajustar la hora de irse a la cama.

Pero, sobre todo, en marzo vuelve a plantearse el desafío de ser coprotagonistas de la educación de

los chicos, para que ellos se sientan acompañados y para que la escuela cuente con el apoyo de su aliado más importante: la familia. En esta nota, algunas claves para encarar este año con el compromiso que la educación de los chicos merece.

• Generar en casa un espacio para que ellos puedan estudiar. Para que los chicos puedan aprovechar

el tiempo de estudio, es necesario garantizarles un espacio de trabajo propicio en casa: que esté bien iluminado, sea silencioso y tenga al menos una mesa en la que poder estudiar y hacer los deberes.

• Ayudarlos a organizarse y estructurarles la rutina. Una buena opción es que tengan un calendario

visible y una agenda en la que anoten lo que tienen que hacer. Estas herramientas los ordenan y les

permiten anticipar y desarrollar lo que sea necesario para la instancia del estudio y la tarea.

• Estimular la lectura, tanto en libros como en pantallas. La lectura incentiva la imaginación, contribuye a ampliar el lenguaje y es una forma valiosa de entretenimiento, según explica Patricia Mejalelaty, directora ejecutiva de Fundación Leer. Sembrar el hábito en los chicos requiere del ejemplo de los padres. Además de las lecturas obligatorias, lo ideal es regalarles libros que les gusten.

• No criticar a los maestros ni a la escuela delante de los chicos. Es muy importante que los padres

estén atentos a lo que se dice en la escuela y, en ese sentido, su responsabilidad es avalar la tarea del

maestro. Si un chico ve que sus papás no respetan al docente o lo desprecian, es muy difícil que valore lo que aprende en clase.

• Poner el foco en el aprendizaje, no en las notas. No es lo mismo decirles cuando se van al colegio:

“Tenés que ser el mejor de tu clase” o “A ver qué nota te sacás”, que poner el foco en el proceso: “Aprendé todo lo que puedas”. Jesús Alonso Tapia, especialista en educación, resume: “Los padres son los primeros motivadores”.

www.clarin.com  06/03/14

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