Las vacaciones de verano suponen una lógica y necesaria discontinuidad en la incorporación de conocimientos de los alumnos primarios y secundarios. Es preciso parar para volver a empezar. Pero luego del receso estival, la sucesión de feriados que se agregaron en marzo (dos días por Carnaval y uno puente que se suma al del 24 de marzo) “demoran” el arranque de las clases y la enseñanza de nuevos contenidos. Y también los nuevos feriados podrían poner en riesgo el cumplimiento de los 180 días de clases, la mínima cantidad de días de clase que establece la ley 25.864.

Para algunos especialistas, la discontinuidad excesiva no representa una buena forma de arrancar las clases . “Pareciera que con estos nuevos feriados prevalece el interés comercial en lugar de la educación”, dice Horacio Sanguinetti, presidente de la Academia Nacional de Educación. “Me parecen un poco excesivos todos estos feriados, porque prácticamente hasta Semana Santa no empieza nada. Hay una especie de cultura de la holganza que me resulta un poco sorprendente”, dice Sanguinetti, que además duda del cumplimento de los 180 días de clases.

Esta es la cuestión central para los especialistas en educación: no deberían haber mayores problemas con los días que se pierden por los nuevos feriados, siempre y cuando se pueda cumplir con los 180 días de clase, la cifra que, como mínimo, deben tener los calendarios escolares.

Según Silvina Gvirtz, investigadora en educación del Conicet, la seguidilla de feriados “no afecta en gran medida a la enseñanza”, siempre y cuando “se cumplan los 180 días de clases y hasta 190”.

Las clases en primaria arrancaron el 28 de febrero en todo el país, excepto las provincias que tuvieron conflictos gremiales con los docentes (Jujuy, Entre Ríos, Misiones, Chaco y Santa Cruz). En la secundaria empezaron el 9 de marzo. Pero de las últimas tres semanas, sólo 11 días fueron de clase y cuatro fueron feriados : 7 y 8 de marzo, 24 y 25 de marzo (tres son feriados “nuevos” del ciclo lectivo 2011). Y en abril se “perderán” otros dos días por la Semana Santa, el 21 y el 22.

En algunos colegios, marzo sirvió para el período de evaluación y nivelación y mañana empezarán a trabajar con los contenidos de los manuales. María Giribone, es Licenciada en Orientación y Gestión Educativa y directora de nivel primario de un colegio privado, y cuenta lo que sucedió este año: “Tomamos por costumbre 2 semanas de período de diagnóstico, para plantear la planificación anual `realista´ de cada área curricular en cada grado. Con estos feriados ese período quizá se prolongue a tres o cuatro semanas por una cuestión lógica de tiempo real de aula”.

Según Ana Ravaglia, subsecretaria de Inclusión Escolar y Coordinación Pedagógica del Gobierno de la Ciudad, “las escuelas, los maestros y profesores son bastante independientes entre una escuela y otra para poder decidir si tienen que utilizar más tiempo en repasar o en impartir contenidos nuevos. Puede ser que algunas escuelas hayan usado hasta este fin de semana para repasar y ya mañana comenzar con los contenidos nuevos. Eso depende de la realidad de cada colegio y de cómo vienen del año anterior”, dice Ravaglia.

“En los países desarrollados hay más feriados durante todo el año”, dice Gvirtz. Y agregó que “en general al principio de las clases los profesores hacen un diagnóstico, para que todos los chicos comprendan lo que se va a enseñar durante el año. Después del 15 o 20 de marzo se empiezan a dictar los contenidos nuevos”. En cuanto a la perdida de continuidad en las clases, Gvirtz dijo que “si el profesor enseña contenidos interesantes, los chicos no pierden el tren. Además, se les puede dejar ejercicios para que hagan en la casa durante el fin de semana largo”.

En la visión de Giribone, “la gran mayoría de los chicos viene de dos meses y medio de casi inactividad intelectual escolar, sumados a una distensión general en cuanto a pausas y períodos de atención. La escuela no es sólo contenidos nuevos sino todo un ensayo y puesta en escena de convivencia social. Además los contenidos son cíclicos y de complejidad creciente. Siempre pasás por lo dado y luego das un paso más”.

Para algunas madres de alumnos de primer grado, los feriados complicaron también el período de adaptación de los chicos. Es que después de la primera semana, la segunda solo tuvo tres días de clases y fue como un “volver a empezar”. “Las interrupciones complican la continuidad de la rutina del lunes a viernes y cierta organización familiar ”, dice Elena Batista, mamá de Tomás, en séptimo grado, y Marco, en primero. “Cuando termina el feriado hay que empezar de vuelta desde el principio, sobre todo con uno de mis hijos, el que empezó primer grado este año”.

www.clarin.com 27/03/11

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