El boletín está en llamas. Los números se caen del tenso renglón. Que un hijo esté a punto de repetir el año es una situación que alerta y angustia.

¿Qué pueden hacer los padres? ¿Cómo pueden ayudar a su hijo a incorporar en pocas semanas aquello que no pudieron aprender durante el año escolar?

"Criticar, reprochar y castigar no sirve de mucho. Todo lo contrario: complica y paraliza posibles soluciones. El momento de evaluar qué pasó, cuáles fueron los inconvenientes, deberá realizarse con posterioridad", dice la profesora Sarah Solzi de Rofman, de la Fundación Asistencia Docente e Investigación en Psicopedagogía(ADIP).

El problema varía de acuerdo al grado o año al que asista el chico. "Es más fácil estar al tanto y así evitar que repita cuando son niños. La escuela primaria tiene canales de comunicación con las familias que permiten iniciar estrategias para ayudarlos a superar las dificultades. Es mucho más complejo en la secundaria, porque al cambiar de nivel escolar y al tener muchos profesores, parecería que no necesitaran más de la comunicación entre la escuela y la familia", comenta Rofman.

Para la especialista lo importante es tomar las riendas y averiguar qué es lo qué está ocurriendo: si hay una falla en la organización del lenguaje, del cálculo, emocional o de maduración.

¿La táctica? Organizarse. "Frente a la avalancha de asignaturas a rendir, es imprescindible identificar cuáles son posibles de aprobar. El esfuerzo se debe dirigir
sólo hacia estas materias. Para hacer esta selección es necesario evaluar cuáles son los exámenes con posibilidades de llegar al promedio requerido, con cuáles temas tiene mayor facilidad".

Pero, ¿cómo ayudarlo a organizarse? La profesora remarca la importancia de establecer el tiempo de concentración y de descanso. Desaconseja el estudio ininterrumpido durante muchas horas. "Los espacios dedicados a cada tarea deben ser convenidos entre padres e hijos, con criterio realista. Es preferible que estudie media hora y descanse 15, con recreos fijos. Antes que 2 horas, durante las cuales se duerme, o sueña despierto", enfatiza.

Si es posible, enseñarle a estudiar. Rofman describe: "Matemáticas y ortografía necesitan mucha práctica. En cambio, ciencias sociales y naturales requiere resúmenes o cuadros sinópticos hechos por el alumno, tal vez en compañía del adulto".

Las inquietudes desvelan a la familia: ¿Qué significa repetir? ¿Es una sanción? ¿Una vergüenza? ¿Por qué repiten? La profesional asegura que: "Hay factores inherentes a la maduración de las funciones cognitivas básicas. Pueden existir además interferencias emocionales, como una de las causas de la desatención en clase. Ya que la atención está puesta en cuestiones personales muy relevantes, como la sexualidad en los adolescentes. También es muy común que existan inconvenientes físicos no detectados. Entonces el chico no rinde, simplemente porque necesitaba un par de anteojos o no escuchaba bien. Muchas veces el punto es el método de enseñanza obsoleto, la exigencia escolar desmedida o un estilo de evaluación inadecuado".

www.clarin.com 21/11/05

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